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UNIDAD DE DIOS Y EL HOMBRE, Gary E. Sigler


UNICIDAD: UNIDAD DE DIOS Y EL HOMBRE
Gary, E. Sigler
9 Páginas


"Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos.
Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; por que de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová". (Miqueas 4:1-2)


Estos versículos comienzan exponiendo que en los últimos días algo va a acontecer en relación a la casa del Señor. No dice cuando, si en un tiempo futuro o después del regreso de Jesús , sino que dice simplemente en "LOS ÚLTIMOS DÍAS". Ya estamos en los últimos días desde que el Nuevo Testamento fue escrito (1 Juan 2:18). La mayor parte del tiempo parece que tendemos a posponer todas las cosas de Dios para un tiempo futuro, pero debemos empezar a darnos cuenta que los últimos días se iniciaron con la resurrección de Jesús. Estamos ahora en los últimos días y estamos comenzando a despertar de nuestro sueño así como la gloria de Señor está comenzando a levantarse dentro de nosotros. "Levántese Dios, y sean esparcidos sus enemigos" (Sal 68:1). Todos nuestros enemigos, no importan quienes sean, caerán a nuestros pies cuando Dios se levante dentro de nosotros.
El monte de la casa del Señor será establecido por cima de los montes y la gente fluirá hacia él. ¿Cuál es la casa del Señor? En la actualida mucha gente piensa que la casa del Señor es un templo o un edificio ubicado en la esquina. El Nuevo Testamento nos enseña que el creyente es el templo del Señor.
(1 Co. 6:19)
"O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
(2 Co. 6:16)
"Y que acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo".
(Ef. 2:21-22)
"en quien todo el edificio bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu".
Si sabes que eres la casa del Señor, el templo y la habitación de Dios, entonces estos versículos son muy importantes para que recibas la revelación sobre ello, porque en los últimos días en los cuales estamos viviendo, el monte de la casa del Señor será establecido como cima o tope de las montañas.
Lo que esto significa en términos sencillos es que en los últimos días, la casa del Señor, la cual es SU lugar de habitación, SU lugar de abadía, Su habitación, SU gente, va a ser establecida en la revelación más alta sobre el conocimiento de Dios, no conocida hasta ahora por el hombre. Dios va a revelar Su plenitud en una gente que cumplirá Su propósito en la tierra. Dios ordenó al hombre desde el mismo principio dominar sobre la tierra y subyugarla. "Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra" (Gn. 1:26).
El Tabernáculo Del Antiguo Testamento construido por Moisés fue una tipología y una sombra del templo verdadero, el cual es Dios Habitando en Su pueblo. Ha existido, y todavía existe, una especie de velo incluso sobre los santos de Dios incluso en el día de hoy, cuando se trata de percibir la total realidad de esta visión celestial. Dios quiere revelarse, vivir y manifestarse EL MISMO totalmente en Su gente. Esto fue lo que Moisés vio y experimentó cuando estaba en la montaña. Cuando bajo, su cara brillaba con la gloria de Dios y se colocó un velo sobre la cara queriendo decir de esta forma que la gente estaba cubierta con un velo para contemplar la realidad de Dios, Quien se estaba manifestando en Su pueblo en ese momento.
En el establecimiento de las iglesias del Nuevo Testamento, el apóstol Pablo estaba explicando esta verdad de Cristo en tnosotros en todas partes a donde iba. Poco después que los primeros apóstoles murieron, la Iglesia cayó en la religión y la apostasía. Desde entonces, Dios ha estado recuperando y trayendo a Su pueblo de nuevo de regreso al diseño, intento y propósito original para ellos. Él desea que Su pueblo llegue a un entendimiento de que Él no es tan solo un Dios para adorar que se encuentra arriba o en otro planeta en algún lugar lejano. La revelación que Dios quiere traer a Su pueblo en estos últimos tiempos es que ellos mismos son vasos o contenedores, para contener todo lo que Dios es.
Desde que la Iglesia cayó en los años o tiempos oscuros, Dios ha estado recuperando a Su gente, dándoles más y más discernimiento, conocimiento y revelación de Su Palabra. Esto era para traernos a los últimos días, cuando el monte de la casa del Señor será establecido en la cima de la montaña.
En todo momento cuando Dios habla referente a los últimos días y menciona Su casa, no esta hablando sobre un templo construido de acuerdo al patrón del Antiguo Testamento; el templo de Dios, la habitación del Espíritu eres tú y yo, no un templo hecho con manos humanas. Cuando Dios dice que en los últimos días va a establecer Su casa como la cima o tope de los montes, es algo simbólico referente a una conciencia superior de Dios llevada a Su pueblo. Cuando Juan vio visiones, en el libro de Apocalipsis, él fue llevado a una montaña grande y alta, esto significa que Dios abrió su conciencia, su comprensión, su entendimiento, para capacitarlo a recibir revelación sobre verdades espirituales profundas, que no podían ser entendidas con la mente carnal o natural. Dios usa un lenguaje simbólico por lo que se necesita una mente espiritual para interpretar las verdades espirituales.
En los últimos días, la más alta revelación y conocimiento de Dios es para ser revelado en Su pueblo. Esta revelación significa que estamos convirtiéndonos por experiencia, día a día y momento a momento, de un grado de gloria a otro, en la habitación y residencia de Dios. Vamos a entrar a tal comprensión, tal entendimiento consciente de Dios en nosotros, que caminaremos en el poder de resurrección de Dios.
¿Qué significa un entendimiento consciente de Dios? Conocerle tal como tú conoces o estás consciente de quien eres como persona individual. Yo soy Gary, soy una personalidad humana desarrollada desde el momento que nací y separada y alienada de la vida de Dios que esta en mí. Esa personalidad humana que yo soy no puede vivir de ninguna manera una vida santa. No puedo hacer todas las cosas que Dios tenía para ser hechas por mí. Si somos honestos tendremos que admitir que nuestro hombre natural es a veces incluso hostil hacia Dios. La conciencia, que tienes de ti mismo, de tus debilidades, tus hábitos impuros, tu incapacidad para vivir santamente, tus pecados, te mantiene separado en tu propia mente de la vida de Dios , la cual es tu verdadera identidad.
Aquellos que están buscando verdaderamente a Dios en estos días van a ser llevados a tal percepción, a tal conciencia del Espíritu de Dios dentro de ellos, que el viejo hombre, esa vieja personalidad que se encuentra separada de Dios, va a caer en la tierra y morir, y la Nueva Creación, el verdadero tú, va a vivir en la realidad de ser UNO con Dios. Vamos a entrar en tal conciencia de quien es Dios y de lo que contenemos dentro de nosotros, que esos hábitos , deficiencias y rebeliones van a declinar.
Estamos todos, en estos días, experimentando una mayor presencia del Espíritu de Dios dentro de nosotros, y esta conciencia va a crecer hasta que el Espíritu de Dios sature y penetre cada célula de nuestro cuerpo hasta que la muerte sea devorada por la vida. Porque si el Espíritu del que levantó a Jesús de la muerte habita en ti, aquel que levantó a Jesús de la muerte también avivará vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en nosotros (Ro. 8:11).
"Y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos" (Juan 17:10). "...cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros)" (2Ts 1:10). Jesús dice "Yo soy glorificado en ellos". Hay otro versículo en 1 Juan 3:2 que dice, "Amados, ahora somos hijos de Dios; y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser, pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es". Tenemos el concepto de que esto significa que cuando lo veamos venir desde los cielos, lo vamos a ver a Él y entonces seremos transformados para ser como Él. Esto es una mentira. Ahora mismo, si Él tuviera que dividir el cielo oriental y aparecer físicamente, podrías verlo y caer sobre tu rostro en vergüenza y no volverte como Él (1 Juan 2:28). Tu serías exactamente como eres ahora. Sin embargo, cuando tú lo veas a él como Él es, Dios manifestado en la carne, la aparición de la plenitud del Espíritu de Dios en ti, entonces tú serás como Él. Verlo como Él es, es ser como Él.
¡Oh, como necesitamos entender que Jesús está viniendo para ser glorificado, revelado y manifestado en ti y en mí. Dios hoy está construyendo una casa, y esa casa es Su pueblo, en los últimos días esta casa va a estar revelando plenamente a Dios en la carne, al Nuevo Hombre de Efesios 2:15, y al Varón Perfecto de Efesios 4:13. Cuando aparezca, seremos como Él, porque Él va a aparecer dentro de Su pueblo. La semilla de Dios está creciendo dentro de nosotros y esta semilla está próxima a ser cosechada. La cosecha de los últimos tiempos habla de madurez. Tu no cosechas un campo hasta que está desarrollado o maduro. Hoy, hay gente en la tierra, que está entrando en la madurez y manifestará la gloria de Dios como nunca antes se ha visto desde que "Jesús", el primer hijo manifestado, estuvo en la tierra. El fue el primer nacido entre muchos hermanos (Ro 8:29).Pablo le dijo a la iglesia de Efeso que Jesús iba a presentar una Iglesia gloriosa para Él mismo, sin mancha ni arruga, santa y sin culpa. Cristo vendrá no a por una Iglesia gloriosa sino en una Iglesia gloriosa. Jesús no vendrá a gobernar y reinar en la tierra hasta que Él esté gobernando y reinando en Su pueblo.
(Juan 17:9-11)
"Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo es mío y he sido glorificado en ellos".
En estos días, la revelación más alta de Dios que haya conocido el hombre está siendo revelada a la Iglesia y dentro de ella estamos comenzando a darnos cuenta de nuestra indivisibilidad con Dios. Jesús dijo en Juan 12:24, "De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere lleva mucho fruto. El que ama su vida la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará". Cuando tu como individuo estés dispuesto a caer en la tierra y morir, comenzarás a percibir la indivisibilidad que tienes con Dios. Debemos morir a la manera carnal de pensar, debemos rendir nuestras creencias de ser un simple ser humano separado y alienado de la vida de Dios, la cual está dentro de nosotros. De acuerdo a la palabra de Dios, tenemos dentro de nosotros la vida y naturaleza divina de Dios, la misma vida que levantó a Jesús de la muerte, aún cuando vivamos como simples hombres carnales. Estamos comenzando a tener nuestras mentes renovadas y descubiertas a la realidad del Espíritu de Dios que habita dentro de nosotros. Cuando nuestras limitadas creencias humanas caigan dentro de la tierra y mueran, la mente resucitada de Cristo comenzará a operar en nosotros y encontraremos que caminamos naturalmente en el poder del evangelio. Esta es una operación progresiva que nos lleva a nosotros a experimentar el ser transformados diariamente de un nivel de gloria a otro nivel de gloria. Estamos comenzando a experimentar que "mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo", que no soy yo más quien vive, sino que Cristo es quien vive en mí.
¿Cómo pudo Jesús, cuando estaba en la tierra viviendo en un cuerpo humano, hacer lo que hizo? ¿Cómo pudo vencer a la naturaleza? ¿Como pudo sanar al enfermo y resucitar de la muerte? Pudo porque Él sabía que era "uno con Su Padre" Dios. El conocía que la vida y la naturaleza divina fluían a través de Su ser. El estaba consciente y seguro de la vida divina dentro de Él, de igual manera también nosotros podemos venir a conocer y experimentar esa vida que habita dentro de nosotros. El Apóstol Pablo le dijo a los Efesios que la Iglesia es la plenitud de Él, quien llena todo en todas partes con Él mismo. Dentro de nosotros habita la plenitud de Dios.
Cuando los discípulos le dijeron a Jesús que despachara a las multitudes porque ellos no tenían suficiente comida, Jesús les dijo, "Alimentadlos vosotros". ¿Por qué no pudieron ellos alimentar a las multitudes? ¿Por qué no podemos nosotros? Porque estamos en una conciencia del yo. Estamos totalmente conscientes de quienes somos nosotros. Sabemos por experiencia que no podemos maldecir al cáncer y verlo morir. Esta persona, Gary, que es una persona natural con un carácter natural no puede posiblemente sanar la enfermedad o levantar al muerto. ¿Por qué? Porque el hombre natural no recibe las cosas del Espíritu de Dios, porque ellas son solo discernidas espiritualmente. Sí tenemos cinco pedazos de pan y dos pescados, no podemos posiblemente alimentar una multitud. Sin embargo, sí Jesús estuviera aquí, sabemos que El podría, porque Él estaba totalmente seguro y consciente del hecho de que Él era Dios manifestado en la carne. El conocía la total realidad de ser uno con Dios. Unidad significa uno, no muchos. "ESCUCHA OH ISRAEL; EL SEÑOR TU DIOS ES UNO" (Dt. 6:4). Uno, no dos. Hay un solo Dios, un Señor, una fe, un bautismo. Este único Señor será revelado en Su cuerpo multi-miembro. ¡Hay un solo cuerpo y una sola vida divina que fluye a través de ese cuerpo!
No tengas miedo del término "Dios manifestado en la carne". El Apóstol Juan dijo esto hablando del espíritu del anticristo en (1 Juan 4:2-3): "En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo".
Hoy Dios todavía está siendo manifestado en la carne. Todo lo que Jesús es, todo lo que El cumplió, la victoria sobre el pecado, el mundo, la carne y el diablo,... está ahora depositado dentro de nuestros seres. ¡Oh, busquemos a Dios para tener una revelación de esta realidad "Jesucristo en ti, la esperanza de Gloria!" El mismo Espíritu que levantó a Cristo de la muerte ahora nos capacita para este propósito, reconciliar toda la creación de regreso a Él.
La Iglesia está a penas comenzando a entrar en la conciencia de ser la manifestación de Dios en la carne. No tengas miedo de esto. Pablo dijo a los Efesios que "somos huesos de Sus huesos y carne de Su carne". Este es el gran misterio de "Cristo y la Iglesia" (Ef. 5:30-32).
Yo no soy Dios y nunca seré Dios. Debemos perder ese falso sentido del yo que nos mantiene separado en nuestra conciencia de Dios. Lo que yo soy es simplemente una vasija, y como un vasija yo expreso lo que contengo. Si estoy lleno de deseo, ambición, amargura y odio, entonces cuando te me acerques voy a expresar aquello que contengo. Soy simplemente un contenedor, y cualquier cosa que yo reciba en mi vida diaria la expresaré cuando estés cerca de mí. Jesús dijo, "Porque de la abundancia del corazón habla la boca" (Mt 12:34). Tu expresas lo que contienes, puedes tratar de ocultarlo, pero finalmente será revelado. No soy nada sino una vasija hecha para contener y expresar a Dios. Si yo sirvo al pecado, si estoy bajo la esclavitud de la Ley del Pecado y de la Muerte, entonces esto es lo que expresaré; es natural para mí expresar lo que contengo. No soy nada sino un contenedor para expresar lo que he recibido dentro de mí mismo.
Eso es lo que le ocurrió al hombre en la Caída. Él recibió una vida que estaba alienada y separada de Dios. Había dos árboles en el Jardín, y el hombre fue creado para comer del árbol de la vida, ser lleno con él y expresar la vida de Dios. En cambio, él participó del árbol del conocimiento del bien y del mal, y recibió un sentido falso de una vida propia (yo) separada de Dios. El se separó de Dios en su mente y su conciencia, y de este modo él no pudo cumplir nunca más con el propósito de Dios para él. El hombre en el Jardín acabó como una vasija conteniendo la vida equivocada.
Si comienzo en mi vida diaria a recibir la Palabra de Dios como el pan de vida, si comienzo a ser lleno con amor, alegría, paz, mansedumbre, amabilidad, santidad y humildad, entonces cuando te me acerques yo expresaré los atributos del Espíritu de Dios. Cuando comienzo a experimentar incluso en la forma más pequeña el Agua de Vida, el Pan de Vida, el Compañerismo de Vida, el Flujo de su Vida Divina, comenzaré a volverme más consciente de Su Espíritu dentro de mí, y menos consciente del falso sentido del yo que me mantiene separado en mi mente de esa vida en el espíritu. Ni carne ni sangre podrán heredar el Reino de Dios. Jesús dijo que si salvas tu vida la perderás pero si pierdes tu vida realmente la encontrarás (Mt. 16:25). Cuando pierdas tu sentido de vida personal y limitado, comenzarás a experimentar la vida abundante, fluyente e ilimitada de Dios, vas a ganar una vida que no conoce ataduras o limitaciones, una vida que no conoce dolor, ni enfermedad, ni siquiera la muerte. Sin embargo, recuerda que esta es una revelación progresiva. Pablo dice que somos cambiados de un grado de gloria a otro, día tras día.
Jesús dijo en Juan 6:48-51, "Yo soy el pan de vida que descendió del cielo para que el hombre pueda comer de ello y no muera". Tu pudieras decir que Él estaba hablando de la muerte espiritual, pero no era así. El dijo, "Vuestros padres comieron del maná en el desierto y ellos murieron". El estaba hablando de la muerte física. El dijo vuestros padres comieron maná y murieron, pero si comen de este hombre que desciende del cielo nunca morirán. Yo personalmente creo que ha habido muchos hombres y mujeres a través de todas las épocas que han aprendido a comer apropiadamente del pan de vida y nunca han muerto. Existieron al menos dos hombres en la Biblia que caminaron con Dios y nunca murieron. Creo que aquellos que son vencedores en estos días aprenderán como comer del pan de la vida. Tenemos que aprenderer como recibir y asimilar la vida de Dios dentro de nosotros y ser transformados en Su semejanza e imagen. Nosotros, la gente de Dios, se ha alimentado de doctrinas y de una creencia intelectual que nos ha separado y dividido de la realidad de vivir a través de la vida de Dios que está en nosotros. Aprendiendo como disfrutar un banquete apropiadamente con Jesús como el pan de vida, creceremos en Él en todas las cosas y nos convertiremos en el Nuevo Hombre de Efesios 4. También Jesús dijo en Juan 6:57, "Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí". Si no estamos viviendo el mismo tipo de vida que Jesús vivió mientras estaba en la tierra, entonces hemos perdido la esencia del Evangelio. No somos salvos así para que podamos irnos a un lugar lejos cuando muramos. El evangelio de Jesucristo es el poder de Dios para salvación y liberación de la esclavitud del pecado y de la muerte. Si aprendemos a disfrutar de un banquete con el pan celestial no moriremos nunca. Nos volveremos tan conscientes del Espíritu de Dios dentro de nosotros, nos volveremos tan despiertos de quien es Dios en nosotros, que nada de la Caída en el Edén será capaz de tocarnos. 1 Juan 5:18 dice, "Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca". Creo que este es un mensaje para la Iglesia del final de los tiempos, que si comes del pan que baja del cielo tu nunca morirás. La cosa más importante es volvernos conscientemente despiertos del mover del Espíritu de Dios dentro de nosotros y volvernos menos y menos percatados del viejo hombre, esa vieja persona, ese yo, que esta separado de Dios.
Juan 17:14-17, "Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad".
Jesús oró para que no fuéramos sacados del mundo, sino que fuésemos guardados del mal. El lo declaró dos veces, "Porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo". ¿Erés tu de este mundo? Jesús dijo que Su gente no pertenece a este mundo.
No somos de este mundo. Tenemos en nuestro ser la semilla engendrada e indestructible de Dios, y esa semilla está comenzando a crecer y en la medida que crece , más conscientes estamos de la vida de Dios dentro de nosotros y menos conscientes de la vida propia carnal que nos separa de Dios. El hombre natural está solamente consciente de haber nacido de unos padres naturales y de tener una vida natural, por la cual no puede vivir una vida santa consagrada, que se conforme totalmente a la vida de Dios. Aún después de tener una experiencia de salvación, puede tomar algún tiempo, el comenzar a experimentar la vida de Dios, al Vencedor dentro de ti. El hombre natural es de la tierra y el hombre espiritual es del cielo. Así como nos convertimos en un hombre natural a través de un nacimiento natural, nos convertimos en un hombre espiritual a través de nacer del Espíritu.
Somos uno con Dios, no por el nacimiento natural, no en nuestra mente o naturaleza carnal, sino en nuestro espíritu. Este hombre natural debe vestirse del hombre espiritual. El apóstol Pablo dice en esta forma : Col 3:9-10 "No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno". Cuando nos vestimos del nuevo hombre dejamos de estar sujetos a los deseos carnales del viejo hombre. No somos más de este mundo, sino que nos convertimos en uno que vive en el Reino de Dios, teniendo la vida de Dios manifestada a través de nosotros. "No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?" "… a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este ministerio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria" (1 Co. 3:16, Col. 1:27).
Juan 17: 20-21 "Más no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, Oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste".
En estos versículos Jesús ora para que ellos puedan ser uno. ¿Quiénes son todos ellos? No eran solamente aquellos de quienes él estaba hablando en ese día, sino también de nosotros. De todos quienes alguna vez creeríamos a través de Su palabra, para que todos fuésemos uno.
Quiero usar una frase que la mayoría de los cristianos no usarían porque los cultos no crsitianos la usan en todo momento. Después que el movimiento de Nueva Era comenzó a usar el arco iris, algunos cristianos dijeron que no deberíamos tener nunca más arco iris en los vidrios de nuestros carros porque alguién podría pensar que somos de la Nueva Era. Sin embargo,yo usaré cualquier cosa que sea de Dios, aún cuando el diablo mismo la utilice. Lo que Jesús estaba hablando cuando dijo, "que todos ellos serían uno, no solamente los que estaban ahí sino aquellos quienes creerían a través de las edades, que todos fueran uno como Tú Padre eres uno en mí y Yo en Ti", (y aquí viene la frase) es una conciencia universal de Dios.
Muchos tienen miedo de la frase "Conciencia de Dios". He escuchado decir que si tú estás alguna vez en un grupo que habla sobre la "Conciencia de Dios", tienes que salir de ahí porque es un culto. Yo podría preguntar lo siguiente ¿ Qué preferirías, estar consciente de Dios o consciente del yo? ¿Preferirías estar consciente de ti mismo, de tus debilidades, de tus fracasos, de tus inhabilidades para vivir santamente o preferirías estar consciente de Dios? ¿No preferirías estar consciente del Espíritu de Dios en ti para completar y satisfacer todos los requerimientos de justicia de la Ley?
Deberíamos estar muy alertas de Dios y muy conscientes de Él, conjuntamente con cada creyente en el universo. La vida de Dios en mí es la misma vida de Dios que está en cada uno de los otros creyentes. Pablo dice en Efesios 4:13 "hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo".
¿Por qué muchos creyentes no ven ángeles, como los veían en los primeros días de la Iglesia del Nuevo Testamento? ¿Por qué no nos estamos comunicando con los ángeles y a su vez ellos con nosotros? En los días tempranos de la Iglesia , era común para los ángeles comunicarse con los santos, entrar en prisiones y desatarlos de sus ataduras. Aún en el Antiguo Testamento, la gente de Dios se comunicaba con los ángeles. En sus inicios la Iglesia tenía más de un conocimiento consciente y una comunicación abierta con la dimensión celestial de la que tenemos hoy. La principal razón de que no tengamos comunicación con los seres celestiales es debido a todo el miedo que tenemos de ser engañados como nos han enseñado en la Iglesia. Tenemos tanto miedo a ser engañados que no estamos abiertos a las visitas celestiales.
Estamos entrando en un momento muy interesante para la Iglesia de estos días. Jesús dijo "No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el Reino" (Lc. 12:32). El también dijo "Más buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mt. 6:33). ¿Cómo comenzamos a experimentar el Reino como una realidad en nuestra vida? El Reino de Dios esta en cualquier lugar donde Dios reina y gobierna, y comenzamos a experimentarlo haciéndonos más conscientes día a día e incluso más momento a momento del Espíritu de Dios llenándonos y siendo El Señor sobre cada área de nuestras vidas. Él es todo para nosotros y a través de nosotros.
Si tengo un pensamiento o me vuelvo ansioso por lo que yo necesito, interrumpiré la provisión del Espíritu; sin embargo, si simplemente entro cada día dentro de este dulce compañerismo con Dios, si yo me vuelvo conscientemente alerta del poder avivado de Su Espíritu en mi espíritu, entonces, ese contacto con el Espíritu de Dios dentro de mí me dará todo lo que necesito en la dimensión de lo natural. Jesús dijo: "No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?” (Mt. 6:31). ¿Por qué Él nos dijo esto? Porque debemos enfocar todo lo que estamos buscando, en la realidad de Dios manifestando Su vida en nosotros. Debemos conocerle íntimamente.
Por años en la Iglesia hemos hablado acerca de ser llenos con el Espíritu de Dios, pero aún así hemos experimentado muy poco. Cuando estamos llenos verdaderamenre con el Espíritu de Dios, entonces viviremos como Jesús vivió mientras estuvo en la tierra. 1 Juan 2:6 "El que dice que permanece en él, debe andar como el anduvo", 1 Juan 4:17 "En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo".
Cuando estemos verdaderamente llenos con el Espíritu, estaremos en tal nivel de amor con la humanidad que la rabia expresada hacia nosotros será absorbida sin una reacción negativa. ¿No anhelas el día cuando estemos tan plenos del amor de Dios que no reaccionaremos en el hombre natural sino en el hombre espiritual? Debemos aprender a perdonar como Jesús perdonó.
Juan 17:21 "Para que todos sean uno: como tú, Oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste".
Solo por este versículo podemos llegar a entender porque el mundo no cree, porque se ríe y critica. Todos proclamamos ser cristianos y tener a Jesús viviendo en nosotros, aún cuando estamos tan divididos. Cristo no esta dividido, y cuando el Espíritu de Dios comience a levantarse en ti, tampoco serás un divisor. La Iglesia está dividida porque la mayoría no ha experimentado la vida de Dios fluyendo dentro de ellos. ¡Oh, como necesitamos que los velos sean removidos de nuestros ojos espirituales para que podamos ver! El Espíritu de Dios en ti es el mismo Espíritu de Dios en todos los creyentes. Cuando ese Espíritu comience a crecer, no habrá barreras de denominación, raza, o algo más, que nos dividan. Somos todos uno en Cristo.
Hay dos oraciones que el apóstol Pablo oró en el libro de los Efesios que necesitamos pasar algún tiempo con ellas hasta que comencemos a experimentarlas: Efesios 1:17-23 y 3:14-21.
Oh Padre, abre nuestros ojos para que podamos ver esa revelación, que los ojos de nuestro corazón y entendimiento sean iluminados para que sepamos cual es la esperanza de nuestro llamamiento, y cuales son las riquezas de tu herencia en los santos y el poder de la vida de resurrección brotando viva desde adentro de nosotros. ¡Oh Dios que puedan mis ojos ser abiertos a tu habitación en nosotros! ¡Dios no te pido muchas cosas sino te pido un entendimiento de quien eres Tú en mí!
Podemos reconocer que el mismo poder de resurrección que levantó a Cristo de la muerte ahora reside y opera dentro de nosotros. Romanos 8:10 dice: "Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, más el espíritu vive a causa de la justicia". Podemos volvernos tan conscientes del Espíritu de Dios dentro de nuestros cuerpos que los mismos no conocerán pecado, debilidad, enfermedad, o muerte.
En los últimos días acontecerá, que el monte de la casa del Señor será establecido por cima de las montañas. No deberíamos contemplar mucho las cosas exteriores que están ocurriendo en el mundo, sino mirar a la casa de Dios, al Tabernáculo del Altísimo. Jesús dijo que el Reino de Dios viene sin una apariencia externa, porque el Reino de los Cielos está dentro de ti. En estos días, es más importante lo que está pasando dentro de nosotros. El Espíritu de Dios debería ser más y más una realidad dentro de nosotros cada día. Deberíamos crecer en gracia y en el conocimiento del Señor.
Nosotros, los cristianos, decimos que creemos en la Palabra, confesamos la Palabra, permanecemos en la Palabra, sin embargo, en el momento presente, ¿dónde está la realidad de esto? ¿Realmente creemos que el mismo poder que levantó a Jesús de la muerte reside dentro de nosotros? ¿Creemos de acuerdo a Romanos 8 que "toda la justicia de la ley puede ser cumplida en nosotros los que caminamos de acuerdo al Espíritu?
Dios creó al hombre para que de esta forma pueda tener una vasija que lo contenga y lo exprese con la finalidad de revelarlo y manifestarlo a través de vasijas humanas.
Juan 17:22 "La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno".
Cuantas veces has escuchado decir ¿sé cuidadoso en tocar la gloria de Dios? Dios derrama Su gloria sobre Sus hijos. La gloria de Dios es la revelación y la manifestación de Dios. Donde quiera que Dios se manifieste o revele, allí estará Su gloria. El libro de Hebreos nos dice que Jesús es la imagen expresa y el brillo de la gloria de Dios. Tenemos la imagen y la expresión de Dios aprisionada en nosotros. ¿Qué es lo que no permite que el agua de la vida fluya fuera de nosotros? ¿Por qué no está la plenitud de Dios siendo expresada en nosotros? Lo que impide la expresión de Dios es la conciencia propia. Estamos tan conscientes de ello que no tenemos la capacidad para hacerlo.
Jesús dijo, "La gloria que tú me has dado se la he dado a ellos". Eso no nos hace algo por nosotros mismos. Somos simples contenedores. El resplandor de un bombillo es la gloria de la electricidad; el bombillo en sí mismo no es nada; la electricidad es la energía; el bombillo es solamente el contenedor pero es utilizado para expresar la gloria de la electricidad.
Continuemos buscando a Dios hasta que nos despertemos completamente en Su semejanza, y recuerden, 1 Juan 3:2 "Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es".


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SALIENDO DE LA CONDENACIÓN, Gary E. Sigler

14 Páginas


"El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (Juan 10:10)
En las páginas siguientes quiero compartir con Uds. mi experiencia de cómo salir de la condenación hacia la gloriosa libertad de la vida abundante que Jesús enseñó. Jesús dijo "Yo he venido para que tengan vida" no condenación, no juicio, no un nuevo conjunto de reglas y regulaciones, sino "VIDA". Esta vida no es simplemente una doctrina o una buena enseñanza, sino es una experiencia. En el interior de Ud. se encuentra la semilla de Dios. En esta semilla está todo lo que Ud. pueda necesitar para transformarlo en un hijo de Dios. La vida carnal humana no esta en capacidad de vivir el tipo de vida de Dios. La vida carnal esta sujeta a esclavitud y muerte. Yo fui por muchos años un cristiano intentando ser como Dios con mi naturaleza carnal, pero no importaba lo duro que yo lo intentaba, encontré que mi experiencia era esa de Romanos capítulo siete. Me complacía en la Ley de Dios en mi mente, pero encontraba otra Ley que trabajaba en los miembros de mi cuerpo, trayéndome dentro de la cautividad de la Ley del Pecado y de la Muerte.
Hay un camino más allá de la experiencia de derrota (Administrador: en intertarlo en las propias fuerzas), pero ella no viene por tratar o intentar ser santo, tratar de vencer el pecado, tratar de romper los malos hábitos, o cualquier otras obras que Uds. puedan hacer. Este camino o forma de salir del pecado o la esclavitud es experimentar la vida de Dios trayéndole vida en el interior de Ud., con Su Espíritu dando vida energizante, avivante, la cual opera en Ud.
(Hebreos 9:22) "Según la ley, casi todo tiene que ser purificado con sangre; y no hay perdón de pecados si no hay derramamiento de sangre".
(Isaías 53:5-6) "Pero fue traspasado a causa de nuestra rebeldía, fue atormentado a causa de nuestras maldades; el castigo que sufrió nos trajo la paz, por sus heridas alcanzamos la salud. Todos nosotros nos perdimos como ovejas, siguiendo cada uno su propio camino, pero el Señor cargó sobre él la maldad de todos nosotros".
Cada pecado del que hemos sido culpables alguna vez ha sido lavado por la sangre de Jesús. Jesús por su muerte en la Cruz cargo el pecado de todo el mundo.
Hasta que tengamos una correcta o apropiada apreciación y entendimiento de la evaluación de Dios de la sangre de Jesús, no podemos ser cristianos normales caminando en la realidad de Su Vida en nosotros. Debemos tener más que un entendimiento intelectual de la sangre (para poder salir de la condenación). Todos los cristianos conocen el evangelio -que a causa del derramamiento de la sangre de Jesús y debido a Su vida sin pecado, El compró a la humanidad y nos redimió para regresarnos a Dios. La palabra dice que "la vida esta en la sangre" (GN 9:4, Dt. 12:23), y Jesús dio Su sangre para que pudiéramos ser totalmente libres de cualquier condenación, culpa o vergüenza. Podemos sin ninguna duda en cualquier momento entrar rápidamente y valientemente dentro de la presencia de nuestro Padre Dios.
La sangre de Jesús está primero que todo dirigida hacia Dios, en segundo lugar hacia el hombre y finalmente hacia el acusador. Si tú entras en un apropiado entendimiento y conciencia de estos tres aspectos de la sangre, ellos te harán totalmente libre.
El problema del hombre es el pecado. Una simple explicación de la conciencia (percepción) del pecado es un sentimiento de separación de Dios, y lo contrario de tal separación es el disfrute de la presencia de Dios. En cualquier momento que tú estás disfrutando a Dios y teniendo un dulce compañerismo con Él, no eres consciente de pecado.
Romanos 3:23 dice que "pues todos han pecado y están lejos de la presencia salvadora de Dios". La gloria de Dios es lo que Dios intentaba que el hombre tuviera desde el principio. Tú fuiste creado para ser una vasija o un contenedor, para llevar la plenitud o totalidad de todo lo que es Dios. Nuestros cuerpos no fueron creados para estar llenos de nuestro "yo" (nosotros mismos), fuimos creados para estar llenos de la gloria de Dios y para ser la manifestación de Dios en la tierra. Ese fue el propósito original de Dios para el hombre. Dios deseaba un cuerpo a través del cual expresarse Él mismo. El quería experimentar todos los diferentes aspectos de la vida que Él pudo producir, por ello creó al hombre y entonces sopló Su vida dentro de ese cuerpo. Adán era realmente un hijo de Dios. Esta es la razón por la que Jesús es llamado el segundo Adán y el último Adán. Hay únicamente dos fuentes de vida en el universo, el primer Adán o el último Adán. El hombre natural carnal recibe su fuente de la vida del primer Adán incluso sí es un cristiano. El hombre espiritual recibe su vida del segundo Adán, Jesús.
Sabemos que a través del engaño de la serpiente, el hombre cayó en el Jardín del Edén y perdió su conciencia de ser UNO con Dios. El se percató y se volvió consciente de su propio yo, una vida que fue alienada y separada de Dios. El hombre ha estado en una búsqueda desde entonces para volver a ganar la unión y el compañerismo perfecto con Dios, y debido a un entendimiento oscuro , el ha pensado que el tenía que hacer ciertas cosas. El pensaba que tenía que ser bueno, tenía que orar todos los días, leer 10 capítulos de la Biblia, resistir el pecado y no caer en tentación.
Si este es tu concepto, entonces tú estás experimentando Romanos capítulo siete. No ganamos ningún favor con Dios por lo que hacemos. La sangre de Jesús nos ha puesto a cada uno de nosotros de regreso en la correcta posición con Dios. Simplemente a través de la fe en la sangre de Jesús, podemos entrar en una relación con Dios como nuestro Padre y entonces volvernos trasportadores de Su presencia en la tierra, trayendo paz y restauración a donde quiera que vayamos.
Todos nos hemos alejado de la gloria de Dios. El hombre carnal no está cumpliendo con la intención original de Dios, a causa del pecado. La gloria de Dios es la expresión de Dios. La gloria de Dios está en cualquier lugar donde Él esté. Hebreos 1:3 dice que Jesús es "el resplandor glorioso de Dios, la imagen misma de lo que Dios es". Esta expresión viva, amorosa y maravillosa de Dios ahora vive en nosotros. De nuevo, debo acentuar que la vida cristiana no es un esfuerzo para ser bueno o hacer lo correcto, sino que es Dios Mismo volviéndose Vida dentro de tu conciencia y viviendo Su vida abundante a través de ti.
Romanos 5:8-10
"Pero Dios prueba que nos ama, en que, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. Y ahora, libres ya de culpa mediante la muerte de Cristo, con mayor razón seremos librados del castigo final por medio de él. Porque sí Dios, cuando todavía éramos sus enemigos, nos puso en paz consigo mismo mediante la muerte de su Hijo, con mayor razón seremos salvados por su vida, ahora que ya estamos en paz con él".
Una de las primeras cosas que necesitamos entender desde el mismo inicio de nuestra vida cristiana es que somos salvos, estamos justificados y estamos guardados, no por lo que hacemos , no por lo que decimos, sino por lo que Él ha hecho. Somos justificados por Su sangre. Esto no dice que seremos justificados si hacemos ciertas cosas, sino que ya fuimos justificados. Aún cuando fuimos pecadores, Cristo murió por nosotros y nos justificó ante Dios. Siendo ahora justificados por Su Sangre, seremos salvados de la ira.
Estos versículos también nos dicen que seremos salvados por Su Vida. La palabra "vida" es la palabra griega zoe, la cual significa la vida de Dios. Es Su vida la que nos salvó no nuestro esfuerzo humano. Somos salvados por Su vida, salvados y liberados, conociendo que es Su obra la que nos justificó, nos limpió, nos hizo libres y nos capacitó para entrar en Su presencia para tener compañerismo con Él.
Romanos 3:20-24)
"porque Dios no declarará a nadie libre de culpa por haber cumplido la ley, ya que la ley solamente sirve para hacernos saber que somos pecadores. Pero ahora, dejando aparte la ley, Dios ha dado a conocer de qué manera nos libra de culpa, y esto se comprueba leyendo los libros de la ley y los profetas: Dios nos libra de culpa por medio de la fe en Jesucristo; y lo hace por igual con todos los que creen, pues todos han pecado y están lejos de la presencia salvadora de Dios. Pero Dios, en su bondad y gratuitamente, los ha librado de culpa, mediante la liberación que se alcanza por Cristo Jesús".
Romanos 3 versículos 23 y 24 deberían siempre ser leídos juntos. ¿Cuántas veces has escuchado tú el versículo 23 enfatizado "Pues todos han pecado y están lejos de la presencia salvadora de Dios"? Si tu terminas la lectura allí te pierdes la respuesta al problema. Romanos 3:23 no es el final de la oración. Debería ser leído junto con "Pero Dios en su bondad y gratuitamente, los ha librado de culpa, mediante la liberación que se alcanza por Cristo Jesús". Cada uno de nosotros se ha alejado de la gloria de Dios, pero no miremos a nuestras fallas. No podemos mirar a nuestras fallas y derrotas, debemos mirar a la sangre de Jesús.
(Romanos 3:25-26) "Dios hizo que Cristo, al derramar su sangre, fuera el instrumento del perdón. Este perdón se alcanza por la fe, y demuestra que Dios es justo y que, si pasó por alto los pecados de otro tiempo, fue solo a causa de su paciencia. Igualmente demuestra que Dios es justo ahora, y que sigue siendo justo al declarar libres de culpa a los que creen en Jesús".
Debemos desarrollar una fe simple en la sangre de Jesús en vez de en nuestras obras realizadas con gran esfuerzo para ser justificados a la vista de Dios. Sí te encuentras atrapado en tus obras, cuando falles inmediatamente caerás bajo condenación. Sí tu fe está en la sangre de Jesús y fallas, tú inmediatamente confesarás el poder de la Sangre y no caerás bajo condenación. No perderás el sentido y la presencia de Dios en tu vida. "Siendo justificado gratuitamente por Su gracia". ¿Qué me hace justo a mí ante Dios? ¿Es porque hoy oro y leo diez capítulos de la Biblia? No, esto es lo que me justifica ante Dios: mi simple fe en estas palabras. No tengo que tratar de justificarme a mí mismo; soy justificado porque creo en Jesús. Yo conozco mis debilidades y mis faltas, yo sé cuales son mis malos hábitos, pero si baso mi compañerismo con Dios en mi conducta yo siempre tendré una conciencia llena de ofensa y nunca me sentiré lo suficientemente bueno para venir a la presencia de Dios para tener amistad con Él. Hay una gran cantidad de cristianos que no sienten la cercanía de Dios, ellos no escuchan a Dios hablarles, no tienen la guía directa de Dios porque su conciencia está llena de ofensa. Somos justificados gratuitamente por Su gracia a través de la redención que es en Cristo Jesús.
Necesitamos recibir perdón momento a momento. No te preocupes sobre el mañana. Yo siempre estaba acostumbrado a preguntarme sobre el mañana. Yo acostumbraba decir, "Jesús yo sé que Tú me perdonas por este día, pero ¿qué voy a hacer mañana, porque yo sé que mañana probablemente voy a hacerlo otra vez? Tú debes sacar tus ojos de tu condición y parar de tratar de ejecutar las acciones de la Ley para ser justificado ante Dios. Entonces Su Espíritu se levantará en ti y te capacitará para guardar todos los requerimientos de justicia de la Ley. Sí eres una persona de fuerte voluntad puedes ser capaz hasta cierto punto de guardar la Ley, y entonces podrás volverte justo por ti mismo y condenar a todo el resto del mundo que no es capaz de hacer lo que tú si puedes hacer. Cuantas veces has dicho, "Yo paré de fumar. ¿Por qué tú no puedes? ¿Yo paré de beber, Por qué tu no puedes?" Esa es una actitud de justicia propia.
Necesitamos venir a Dios de la misma forma cada día, no sobre la base de lo que hemos hecho, bueno o malo, sino con base en la Sangre. Debido a la Sangre que ha sido derramada, tengo derecho a entrar a la presencia de mi Padre. Puedo sentir que aunque yo sea un pecador miserable, y pudiera haber fallado muchas veces hoy, pero mi pecado y mi falla no pueden impedirme disfrutar a Dios, porque a causa de la sangre de Jesús tengo la total libertad y acceso para entrar dentro de una dulce amistad y comunión con mi Padre. No puedo tener esto de ninguna otra forma sino a través de la simple fe en lo que Dios dice que es cierto: "Siendo justificado gratuitamente por Su gracia a través de la redención que esta en Cristo Jesús".
Hay básicamente tres cosas que ocurren cuando tú te percatas del pecado :
-Te separas en tu conciencia de Dios.
-Sientes culpa.
-Experimentas culpa.
La sangre de Jesús responde suficientemente todas estas tres áreas. El pecado causa una conciencia de separación de Dios, entonces te sientes culpable e inmediatamente el acusador viene a condenarte. Una persona que se siente separada de Dios a causa de sentirse disminuido, no merecedor, que se siente culpable por el pecado y que es acusado en la conciencia, no puede disfrutar del compañerismo con Dios. La sangre de Jesús satisface todas estas tres áreas, por que, como hemos visto, fluye en tres direcciones: hacia Dios, hacia el hombre y hacia el acusador.
Primero, la Sangre es para Dios y responde al problema de pecado. Podemos ver esta tipología en el Antiguo Testamento. Había un día cada año llamado el Día de Expiación, cuando el Sumo Sacerdote entraba al Lugar Santísimo. El Lugar Santísimo era donde la presencia de Dios habitaba, y solo un hombre podía entrar y tomar con él la sangre de sacrificio, y él la ofrecía sobre el Asiento de la Misericordia (so breel arca de la alianza) por los pecados de la nación completa de Israel. Esto muestra que la sangre era en este caso para Dios, ya que nadie sino Él la veía en ese lugar. Eso resolvía el tema de pecado para la nación de Israel. Israel esperaba el Día de Expiación cada año, porque ellos sabían que en ese único momento cada año el Sumo Sacerdote entraría en la presencia de Dios y tomaría con él la sangre. Esto significaba que sus pecados serían cubiertos y tendrían un nuevo comienzo.
(Ex. 12:7,13,23)
"Tomarán luego la sangre del animal y la untarán por todo el marco de la puerta de la casa donde coman el animal; La sangre les servirá para que ustedes señalen las casas donde se encuentren. Y así, cuando yo hiera de muerte a los egipcios , ninguno de ustedes morirá, pues veré la sangre y pasaré de largo; Cuando el Señor pase para herir de muerte a los egipcios, verá la sangre por todo el marco de la puerta, y pasará de largo por esa casa. Así el Señor no dejará que el destructor entre en las casas de ustedes".
Otro ejemplo del Antiguo Testamento de Dios mirando sobre la sangre fue la Pascua (Éxodo capítulo 12). Dios le dijo a Israel que cuando la plaga de muerte viniera a matar a los primogénitos de Egipto, ellos tendrían que poner la sangre del cordero en los postes de las puertas y comer el cordero. La sangre y el cordero ambos apuntaban a la venida del Mesías. Hoy todavía necesitamos la sangre y el cordero. No solo necesitamos la sangre para limpieza sino también necesitamos comer del cordero. Necesitamos aprender como alimentarnos apropiadamente con comida espiritual. La Palabra era Dios y la Palabra se hizo carne. Jesús dijo en Juan 6:53 y 57, "Excepto que tú comas la carne del Hijo del hombre y bebas Su sangre, tú no tienes vida en ti. Como el Padre viviente me ha enviado a mí y yo vivo por el Padre, así el que me coma, también vivirá por mí". La Palabra se hizo carne y cuando aprendemos como asimilar la Palabra, estamos comiendo el cordero.
La única cosa que salvó a Israel fue la sangre sobre el poste de la puerta. Dios dijo, "Cuando yo vea la sangre, pasaré sobre Uds", no importaba quien estuviera dentro de la casa. Si tú estabas adentro y la sangre estaba sobre el poste de la puerta, el juicio saltaría sobre ti, no porque fueras bueno, no porque fueras santo, no porque fueras justo, sino por que estabas en la casa, y habías puesto la sangre en el poste de la puerta. Esto no dependía de tu conducta. El único requisito para ti era que estuvieras dentro de la casa. Este era el antiguo pacto de la sangre de los animales. Cuánto más la sangre de Cristo hoy nos limpiará de todo pecado. Dios está todavía diciéndote "cuando vea la sangre, saltaré sobre ti". Por supuesto que cometemos errores. Podemos tener algunos malos hábitos que no parece que vencemos aún; podemos tener pecado en nuestra vida pero Dios está diciendo: “No miro a tus hábitos, no miro a tus fallas, no miro en dónde estás hoy; sino que veo la sangre.
Isaías 43:25
"Pero yo, por ser tu Dios, borro tus crímenes y no me acordaré más de tus pecados".
Isaías 44:22
"Yo he hecho desaparecer tus faltas y pecados, como desaparecen las nubes. Vuélvete a mí, pues yo te he libertado".
Una de las cosas más importantes que alguna vez verás es que Dios no te retiene culpable por el pecado. Puedes pensar que esto es imposible, pero escucha a la Palabra ( 2Co. 5:19) "Es decir que, en Cristo, Dios estaba poniendo al mundo en paz consigo mismo, sin tomar en cuenta los pecados de los hombres; y a nosotros nos encargó que diéramos a conocer este mensaje" (Ro. 4:6-8). "David mismo habló de la dicha de aquel a quien Dios acepta como justo sin tomarle en cuenta sus hechos. Dijo David: "¡Dichosos aquellos a quienes Dios perdona sus maldades y pasa por alto sus pecados! ¡Dichoso el hombre a quien el Señor no toma en cuenta su pecado!"
Las palabras no imputar significan que no somos considerados responsables, no somos acusados. Sí tu realmente ves ésto, te hará libre del pecado. A través de la fe en Su sangre somos liberados de la condenación y la culpa. ¿Cómo podemos nosotros tener fe en Su sangre? La fe viene del oír la Palabra de Dios y simplemente creer lo que Dios ha dicho. Yo me puedo sentir como el más bajo y el peor de los cristianos vivos, pero Dios dice, "Cuando te miro a ti yo veo la sangre de Jesús". Fallamos algunas veces gravemente, e inmediatamente el pecado nos separa en nuestra conciencia de Dios. No sentimos más Su presencia. Nuestra conciencia se vuelve manchada, corrupta, nos sentimos culpables ante Dios y el acusador comienza a acusarnos. Pero si tenemos simple fe en la sangre de Jesús, podemos volvernos a Él e inmediatamente la culpa es limpiada de nuestra conciencia. Sentimos restauración y paz con Dios.
Tu nunca conocerás la dulzura, la hermosura y la cercanía de tener Su presencia envolviéndote continuamente hasta que entiendas y aprecies la sangre de Jesús. Dios no tolerará justicia propia. Tu propia justicia (integridad), tu buena conducta, tus sentimientos de bondad y tu propia justificación, no te darán entrada a la presencia de Dios. Puedes ser el pecador más bajo, pero si tu corazón es honesto ante Dios, serás introducido en Su presencia. Cuando pecas, no tienes que permanecer en condenación, no tienes que estar separado de Dios, y no tienes que ser acusado; pero necesitas tener fe en la sangre de Jesús.
Si comienzas a apreciar la sangre de Jesús en esta forma, encontrarás total liberación. La sangre de Jesús te limpia en cualquier momento y en todo momento. Dios está satisfecho con la ofrenda de la sangre de Jesús. (Hebreos 10:14) "Porque por medio de una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los que han sido consagrados a Dios". Una de las primeras cosas que Juan el Bautista dijo cuando vio a Jesús fue, "Mirad al cordero de Dios que quita el pecado del mundo". En la medida en que piensas que debes ser justificado por tu conducta, en la medida que pienses que tu pecado y tus hábitos continuamente te separan de Dios, nunca te sentirás justificado en Su vista. Tu debes ver que la sangre de Jesús es la respuesta al problema del pecado.
La sangre de Jesús limpia tu mente de la condenación, y te hace libre de todas las cosas que estás tratando de liberarte. Sí ves la revelación de la sangre y tienes tu mente iluminada con esta verdad, y comienzas a entender el valor de la sangre de Jesús, ella literalmente te librará de tus luchas y esfuerzos y te traerá dentro del descansando. La única forma que podemos disfrutar a Dios es a través del descanso. Sí estamos tratando de entrar en la presencia de Dios por nuestras buenas obras o por nuestra propia justicia, o justificando nuestra condición, no estamos en descanso. Descansar es simplemente confiar, sabiendo que puedo fallar y caer cien veces , pero yo tengo la sangre.
(Administrador: Creemos que por mucho que nos hablen de la Sangre, por mucho que nos esforcemos en creer en ella, esto nunca funciona hasta que tengamos la experiencia de la Cruz, las experiencias de muerte, sepultura y resurrección; es decir, hasta que pasemos de Romanos 7 a Romanos 8, hasta que crucemos nuestro Jordán. Hablamos de algo más que un entendimiento o revelación, hablamos de una experiencia subjetiva de la Cruz. Como ya hemos anotado, en algún otro escrito del amado Sigler, la Sangre trata como lo que hacemos, pero la Cruz trató con lo que somos. Una vez que la Cruz haya tratado con lo que somos, entramos en la nueva criatura o creación, donde la Sangre es efectiva para librarnos de la condenación en nuestra experiencia. Recomendamos la lectura de nuestro libro Finisterre al Borde del Jordán: http://txemarmesto.blogspot.com.es/2012/09/finisterre-al-borde-del-jordan-copia.html).
La gente que ha nacido de nuevo tiene un clamor en su corazón por Dios. Están buscando una forma de salir del pecado, pero donde se pierden es en que intentan salir por esfuerzo propio, pensando que deben de alguna forma hacerse ellos mismos conforme a cierto estándar para obtener el favor de Dios. Esto anula la fe, los coloca en las obras de la carne y de la propia justicia y les provoca caer de la gracia, porque ningún hombre permanece ante Dios por justicia propia. Tu puedes ser un total fracaso, puedes estar desbastado, puedes estar lleno de malos hábitos, pero puedes clamar a Dios todos los días, "¡Oh Dios, la sangre de Jesús!"
Padre estoy tan agradecido que tu Palabra dice que aún justificas al impío por la sangre de Jesús. Hubo un largo tiempo en mi vida cuando me sentí tan malo que yo estaba muy agradecido por la sangre de Jesús, por responder al grito de mi corazón. Hubo también momentos en mi vida, antes que conociera esta verdad, cuando pasé por semanas en terribles depresiones por que no me sentía lo suficientemente bueno o merecedor de disfrutar la dulce presencia de Dios. Yo confiaba en mi propia conducta. Estaba esperando de alguna forma, manera, que algún día me volviera lo suficientemente bueno para disfrutar de la amistad con Mi Padre Dios. Nunca lo logré en esa forma. Pero cuando descubrí que la Sangre era suficiente para responder a mi condición de pecado, y que todo lo que necesitaba era fe en la Sangre, estaba justificado, no por que lo mereciera, sino por que Jesús pago el precio para ello.
Cuando escuché esto por primera vez, mi mente no podía aceptarlo. Parecía demasiado fácil. Era demasiado bueno para ser verdad. Dios es tan bueno que hemos pasado por duros momentos para creer en Su bondad. ¿Cómo pude ser un fracaso cada día, tener pecados habituales en mi vida y todavía gozar la presencia de Dios? Sí tienes fe en la sangre de Jesús, conocerás la libertad de la condición de condenación (esto funciona tras la experiencia de cruzar el umbralde la carne al espíritu; véase la nota anterior). Me dijeron mis maestros que mi condición me separaba de la presencia de Dios. Se me dijo que debía vivir correctamente y hacer lo justo para disfrutar a Dios. Esto es colocar la carreta delante del caballo. Si aprendo el perdón y la limpieza de la presencia de Dios, eso me traerá dentro del disfrute de la presencia de Dios y eso cambiará mi condición. En cualquier momento que estoy en la presencia de Dios , el pecado no es un tema.
La gente de Dios hoy está mucho más bajo esclavitud de lo que estaban los israelitas en Egipto. La esclavitud era una tipología del cristiano de hoy en esclavitud al mundo y la carne. Los cristianos están en esclavitud porque ellos no conocen el poder liberador del Espíritu de Dios a través de la simple fe en la sangre de Jesús. Los hombres fueron salvos aún en los tiempos del Antiguo Testamento no por que ellos fueran buenos , sino debido a la sangre. Simplemente ten fe en la sangre. Estoy tan agradecido, cuando me despierto en la mañana, de que la sangre de Jesús me limpie de todo pecado. Yo acostumbraba a levantarme en la mañana pensando que sería un fracaso, pero entonces aprendí a levantarme sabiendo que este era otro día para apreciar la sangre de Jesús y el perdón de Dios. El perdón de Dios es como dinero en el banco. Esta siempre allí sí lo necesitas. Hay un suministro ilimitado (Cuando tenemos la experiencia de la Cruz la Sangre opera automáticamente al confesar el pecado, permitiéndonos sentirnos libres en nuestra experiencia, antes no funciona).
(Hebreos 9:12)
"Cristo ha entrado en el santuario, ya no para ofrecer la sangre de chivos y becerros, sino su propia sangre; ha entrado una sola vez y para siempre, y ha obtenido para nosotros la salvación".
En los tiempos del Antiguo Testamento, El Sumo Sacerdote tenía que entrar cada año dentro del Lugar Santísimo con la sangre de los animales. Jesús entró una vez en el Lugar Santo, habiendo obtenido redención eterna para nosotros. Nunca otra vez necesitaremos un sacrificio o una ofrenda por el pecado. Necesitamos meditar en esta redención eterna. ¿Qué significa esto? Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, entró una vez dentro del Lugar Santo. El tomó su propia sangre dentro de la presencia del Padre y obtuvo redención eterna para nosotros. ¡Oh, como necesitamos apreciar esta Palabra! No la cuestiones tanto, solo disfruta lo que dice. Yo he sido eternamente redimido por la sangre del cordero. No tengo que ganarla, trabajarla o preocuparme acerca de perderla. Si tan solo puedes creer esto, estarás entusiasmado (Si tan solo tuvieras la crisis o experiencia del Jordán podrás comprobar esto, antes no; almenos de forma subjetiva. El Calvario objetivo que ocurrió hace más de 2.000 años, ha de venir a ser mi experiencia en este siglo XXI; entonces hallaré la libertad de la condenación). Yo estoy tan agradecido que Jesús entró dentro del Lugar Santísimo una vez con Su sangre, y esa ofrenda borró mi pecado para siempre y eternamente.
(Hebreos 10:1-4)
"Porque la ley de Moisés era solamente una sombra de los bienes que habían de venir, y no su presencia verdadera. Por eso la ley nunca puede hacer perfectos a quienes cada año se acercan a Dios para ofrecerle los mismos sacrificios. Pues si la ley realmente pudiera purificarlos del pecado, ya no se sentirían culpables, y dejarían de ofrecer sacrificios. Pero estos sacrificios sirven más bien para hacerles recordar sus pecados cada año, ya que la sangre de los toros y de los chivos no pueden quitar los pecados".
La sangre de los bueyes y machos cabríos la cual era llevada al Lugar Santísimo una vez al año por el Sumo Sacerdote no pudo nunca hacer a la gente perfecta. La sangre de los bueyes y los machos cabríos no pudo quitar el pecado, solamente cubrirlo.
Bajo el antiguo pacto no era posible para ti tener una nueva naturaleza. Tu pudiste ser perdonado por cualquier cosa que hiciste a través de simplemente dar la ofrenda de acuerdo al Antiguo Pacto. Tus pecados eran cubiertos y perdonados, pero tú no podías cambiar internamente; todavía tendrías la naturaleza vieja de pecado, porque era imposible por la sangre de los bueyes y de los machos cabríos quitar el pecado.
Si la sangre de los bueyes y machos cabríos era la tipología, y esta no podía quitar el pecado y hacer a la gente perfecta, ¿qué hay acerca de la sangre de Jesús? El entró solo una vez, obtuvo total redención eterna y quitó todo pecado. Cuando verdaderamente entiendas esto, ello te dará una profunda apreciación de la sangre de Jesús cuando tu estás bajo condenación y culpa (idem notas anteriores). El pagó el precio así que puedes quitar tu mirada de tu culpa y dirigirla a Él y ser libre de ella. Sí estamos siempre luchando, tratando de hacernos a nosotros mejores para así poder aproximarnos a Dios, nunca disfrutaremos Su dulce amistad. No es posible que la sangre de bueyes y machos cabríos pudieran quitar el pecado, pero "Mirad el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo". Dios no te está haciendo responsable por tu pecado. Él ha pagado la deuda por completo, no te declara culpable.
(Hebreos 10:5) Por eso Cristo, al entrar en el mundo, dijo a Dios: "No quieres sacrificio ni ofrendas, sino que me has dado un cuerpo".
La sangre de los bueyes y machos cabríos no pudieron cubrir el pecado, pero Jesús puede decir, "Tu has preparado para Mi un cuerpo, así que yo, siendo Dios y entrando en la humanidad, puedo vivir la vida como el Cordero de Dios; y puedo ofrecer completamente mi vida, Mi sangre y Mi cuerpo como un sacrificio que satisfaga Tu juicio y corazón por toda la eternidad. El pecado y la culpa no serán más de Mi gente”. Se dice que "por la alegría que fue colocada delante de Él, Él soportó", por que Él supo que fue por Su sacrificio que traería a la gente eternamente dentro de la presencia de Su Dios.
(Hebreos 10:6-9)
"No te agradan los holocaustos ni las ofrendas para quitar el pecado. Entonces dije:"Aquí estoy, tal como está escrito de mí en el libro, para hacer tu voluntad, Oh Dios". En primer lugar, dice que Dios no quiere ni le agradan los sacrificios ni las ofrendas de animales, ni los holocaustos para quitar el pecado, a pesar de que son cosas que la ley manda ofrecer. Y después añade: "Aquí vengo para hacer tu voluntad. Es decir, que quita aquellos sacrificios antiguos y pone en su lugar uno nuevo”.
El esta diciéndoles aquí que la forma vieja a través de la ofrenda del Sumo Sacerdote de los sacrificios de animales, la vieja forma de entrar solo una vez al año en el Lugar Santísimo, es desecha, así que algo nuevo puede ser traído afuera. El versículo 11, "Todo sacerdote judío oficia cada día y sigue ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, aunque éstos nunca pueden quitar los pecados". Hay una gran diferencia entre la sangre de animales y la sangre de Jesús. La sangre de bueyes y machos cabríos no pudieron nunca quitar el pecado. Ellos solamente cubrieron el pecado. Versículo 12, "Pero Jesucristo ofreció por los pecados un solo sacrificio para siempre, y luego se sentó a la derecha de Dios".
¿Qué pudieras hacer para justificarte a ti mismo cuando pecas o pierdes a Dios? Puede ser pecado voluntario, o pecado habitual o simplemente perder a Dios. ¿Qué pudieras hacer para justificarte a ti mismo ante Dios? Él es nuestro cargador de pecados; Él pago el sacrificio supremo por el pecado. El verdadero arrepentimiento simplemente significa volverse de regreso a Dios cuando pecas, y tener fe en Su sangre, sabiendo que tus fallas están siendo cuidadas por esa única ofrenda. Sí mi fe y mi esperanza y mi confianza están en lo que yo pueda hacer, estoy en un verdadero problema. Pero sí mi fe y esperanza están en Él y en lo que Él es capaz de hacer en mí, entonces puedo aprender como volver al Espíritu del Cristo resucitado dentro de mí. Yo puedo aprender a fluir desde mi espíritu y tener confianza en mi espíritu de que yo puedo hacer todas las cosas -no desde el esfuerzo propio, sino a través de Cristo quien habita dentro de mí, y quien me capacita y me da energías para hacer Su voluntad. A causa de la Sangre podemos estar en Su presencia sin ningún sentido de pecado, o culpa, o condenación. Jesús dijo, "Sin Mí no podéis hacer nada", pero cuando te das cuenta que le tienes a Él habitando dentro de ti y tu conciencia está llena con esa realidad, tu puedes hacer cualquier cosa que Él te pida hacer. Cuando te das cuenta que Él quiere vivir y expresarse El mismo a través de ti, que quiere sanar al enfermo, ministrar vida y ver el cambio en las vidas de la gente, empezarás a fluir en Su Espíritu y a moverte en Dios como siempre has deseado.
Colocamos más énfasis en nuestra conducta más que en el desarrollo de nuestra fe en la Palabra. Queremos tan desesperadamente ser íntegros ante Dios. No queremos pecar en nuestra vida, no queremos perder a Dios. Tu conciencia siempre te condenará cuando trates de justificarte ante Dios por tu conducta, porque no estás teniendo una fe simple en lo que Jesús ya ha cumplido por ti.
(Hebreos 10:16-17)
"El pacto que haré con ellos después de aquellos días, será éste, dice el Señor: Pondré mis leyes en su corazón y las escribiré en su mente Y no me acordaré más de sus pecados y maldades".
El pecado nunca ha sido un problema para Dios. Por años, como un cristiano con malos hábitos, cuando estaba luchando para vencer el pecado, y viviendo esa vida derrotada, el pecado parecía ser un problema verdaderamente grande. Eso era la razón por la que no podía ser libre. El pecado no es el problema. Dios dice que Él escribirá Sus leyes en nuestros corazones y nuestro pecado y la iniquidad no los recordará más. Si tu has sido limpiado en la sangre de Jesús y tienes un corazón para Dios, Él ni siquiera ve tu pecado. El se rehúsa a verlo. El simplemente te amará, y te ministrará y se alegrará y alimentará, hasta que tu espíritu sea fortalecido y crezca. Tu espíritu empezará a fluir dentro de tu mente y a limpiarla de la condenación y la culpa, y tu empezarás a tener tu mente renovada así que tu pensarás como Dios. No tendrás sentimiento de miedo o incomodidad para hacer la voluntad de Dios. El Espíritu de Dios dentro de ti fluirá dentro de tu voluntad natural y la hará sumisa para hacer su voluntad.
Tu voluntad natural no puede someterse a Dios, aunque tú puedes desearlo. Yo conozco cuan miserable te sientes sí eres un cristiano que está cautivo por una voluntad no sumisa que quiere hacer muchas cosas contrarias a tu nueva naturaleza. Si tu no eres capaz de traer tu voluntad natural a la sumisión, no te descorazones, sino aprende simplemente a tener fe en la sangre de Jesús y en la habilidad que Él puede darte. Aprende como alimentarte apropiadamente, alimentarte con la Palabra de Dios cada día de tu vida. Aprende como hablar de acuerdo a los principios de Dios y Su palabra, y encontrarás pronto que tu espíritu crecerá y será fortalecido, fluyendo dentro de lo natural, llevando una voluntad obstinada a ser conforme a la voluntad de Dios. Cuando el Espíritu resucitado del Señor empiece a fluir dentro de la voluntad natural, se volverá fácil obedecer a Dios. Cuando Jesús comience a vivir Su vida en ti, ella sacará toda la lucha fuera de la vida cristiana y tu finalmente experimentarás esa vida abundante que Jesús prometió (todo lo cual ocurre solo tras cruzar el Jordán). Yo puedo hablar, sabiendo que ciertamente cuando yo hablo Él está hablando dentro de mí. Tan ciertamente como la unción está dentro de mí, yo puedo abrir mi boca y la gracia es derramada sobre mis labios cuando Dios fluye hacia fuera, porque Él vive y se mueve y tiene Su existencia dentro de mí, tanto como yo la tengo en Él.
Es maravilloso ser un cristiano sin esfuerzo-propio, entonces no es difícil ser un humano; vivimos nuestra vida humana sin esfuerzo; y cuando nuestro hombre interior es fortalecido, podemos vivir la vida cristiana sin esfuerzo también. No es difícil para Dios vivir santamente; es solamente difícil para la vieja naturaleza con su propio-esfuerzo hacer eso. Hay solamente un solo cristiano real en el universo, y ese es Jesús. A no ser que Él venga a vivir dentro de ti, tu nunca serás capaz de expresar a Dios y vivir Su vida. Él debe avivarse dentro de ti y empezarás a caminar y a moverte. Cualquier otra cosa menor que Jesús Mismo, avivándose dentro de ti y viviendo el tipo de vida de Dios, es solo religión (Eso es la nueva criatura, que es dada a luz tras el cruce del Jordán). Sí tu vas simplemente a seguir reglas y regulaciones, también pudieras ser budista, o seguir cualquier otra religión que te enseñará negación de ti mismo y buenas obras. El cristianismo es nada menos que Dios viviendo, moviéndose, respirando, hablando y estableciendo Su reino El mismo sobre la tierra en la humanidad. Por cientos de años, la mayoría del cristianismo ha perdido esta verdad, pensando que en nosotros mismos debemos hacer algo. Pero nunca hemos sido capaces de hacerlo, por que la vida natural humana recibida en la caída nunca podría vivir el tipo de vida de Dios. La vida humana debe ser dejada a un lado por el flujo de Dios dentro de ti empujando afuera esa vieja naturaleza del yo (sepultada en el Jordán). Es así de simple. Cuando aprendes como alimentarte apropiadamente con la Palabra de Dios, la unción de Dios que habita dentro de ti gradualmente empezará a sacar la vida del yo (el yo que muere y es sepultado a la postre, al final del proceso, en el Jordán). Aún la naturaleza puede enseñar estas cosas. La nueva vida (la vida de resurrección que es simbolizada por las 12 nuevas piedras erigidas tras el cruce del Jordán) que surge en la primavera saca todas las hojas viejas que todavía están en el árbol.
¿Puedes creer que Dios ni siquiera recuerda tu pecado? ¿Crees en la Palabra de Dios, o crees al acusador de los hermanos?
¿Por qué Dios no recuerda nuestro pecado? Porque el Cordero de Dios ha quitado el pecado del mundo. Cuando pecas, en vez de aceptar condenación del acusador, recuerda el sacrificio del Calvario. ¡Qué bueno es el perdón de Dios si tu lo recibes! (Hebreos 10:18) "Así pues cuando los pecados han sido perdonados, ya no hay necesidad de más ofrendas por el pecado".
¡¡NO HAY MÁS OFRENDA POR EL PECADO!! No hay nada que puedas ofrecer a Dios cuando pecas, porque por la ofrenda de uno Él ha perfeccionado para siempre a aquellos que son santificados. No hay más ofrenda por el pecado. "Teniendo de este modo, hermanos, valentía para entrar al lugar santísimo por la sangre de Jesús" (Hebreos 10:19). Cuando pecas y sientes condenación, ten la osadía para aceptar el perdón y entrar a la presencia de Dios (El Lugar Santísimo hoy esta dentro de ti, donde Dios habita. Dios está adentro de ti, pero la única forma de que podemos caminar en la realidad de esto y ser portadores de Su presencia en la tierra es a través de la fe en Él, fe en su Palabra, y teniéndolo a Él creciendo dentro de nosotros. Jesús se ha ofrecido Él mismo como el Cordero de Dios sin mancha y ha derramado Su sangre. El ha obtenido la redención eterna para nosotros, y por una ofrenda Él ha perfeccionado para siempre a los que son santificados. Tu puedes tener la valentía de entrar dentro de Su presencia y tener dulce compañerismo con Él todo el tiempo que desees.
(1ª Juan 2:1-2) "Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no cometan pecado. Aunque sí alguno comete pecado, tenemos un abogado ante el Padre, que es Jesucristo, y él es justo. Jesucristo se ofreció en sacrificio para que nuestros pecados sean perdonados; y no sólo los nuestros, sino los de todo el mundo".
Lo ideal sería que viniéramos a Dios y nunca pequemos voluntariamente otra vez. Lo que Juan esta diciendo aquí es que si pecas, no caigas bajo condenación y acusación del enemigo, porque Jesús es la propiciación por tu pecado. No necesitamos sentirnos culpables. Sentirnos culpables no nos limpiará de nuestro pecado ante Dios ni hacer algún esfuerzo de nuestra parte; es la sangre de Jesús la que nos limpia de todo pecado.
¿Tenemos un gran deseo de vencer por vencer? Si naces de nuevo y alguna vez has experimentado la presencia de Dios en realidad, tú querrás vencer, has tenido un cambio de naturaleza por dentro y quieres complacer a Dios. Tu quieres ser uno de aquellos vencedores. El Libro de Revelación da muchas promesas a aquellos que vencen.| Leamos:
"Aquel que venza le daré de comer del árbol de la vida" (Ap. 2:7). El vencedor come del árbol de la vida. Si eres un vencedor, literalmente puedes entrar en la presencia de Dios y aprender como festejarte en Su vida. Tu puedes experimentar Su vida fortaleciéndote y dándote energía y capacitándote para vivir su Vida dentro de ti.
"Aquel que venza no será herido con la segunda muerte" (Ap. 2:11).
"Aquel que venza le daré de comer del mana escondido" (Ap.2:17). El maná escondido es un profundo festejo con Dios. Si eres un vencedor, te volverás muy íntimo con Dios, y el empezará a revelar algunas cosas profundas y escondidas a ti, que tu no podrías compartir con nadie, cosas que muy pocos podrían entender. Si eres un vencedor, comenzarás a festejarte en esas cosas profundas escondidas, los misterios de Dios. El propósito eterno de Dios empezará a ser ministrado a ti por el Espíritu.
"Aquel que venza y guarda mis obras hasta el final, a él le daré la autoridad sobre las naciones y gobernara con vara de hierro" (Ap. 2:26). Hay mucho que decir y enseñar hoy sobre la autoridad del creyente, pero si no eres un vencedor no podrás ejercer esa autoridad.
"Aquel que venza, el mismo será vestido de vestiduras blancas, (la justicia de Jesucristo) y no borraré su nombre del libro de la vida" (Ap. 3:5).
"Aquel que venza lo haré un pilar en el templo de Dios, y no saldrá mas y escribiré sobre el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la cual es la Nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo de mi Dios, y escribiré sobre él mi nombre nuevo" (Ap. 3:12).
Nosotros hoy somos el templo de Dios, y en vez de ser fracasados, débiles, frustrados, nos volvemos pilares, llenos de la presencia y de la gloria de Dios. Los vencedores están en capacidad de liberar la belleza y hermosura de Dios desde su ser interior. Ellos son capaces de ministrar por el Espíritu de Dios, y ellos por su hablar empezarán a escribir sobre el corazón de la gente de Dios, trayendo cambio y restauración. El vencedor es capaz de crear deseo en los corazones de los hombres y mujeres de querer conocer íntimamente a Dios.
Tener el nombre de Dios escrito sobre ti es tener Su carácter trabajando dentro de tu ser. Tener el nombre de la ciudad de Dios escrito sobre ti es ser uno con la visión de Dios, de tener un cuerpo corporativo, levantado dentro de Su ciudad gloriosa para expresar todo lo que Él es.
"Aquel que venza le garantizaré una silla para sentarse conmigo en mi trono, así como yo también vencí y estoy sentado con mi Padre en Su Trono" (Ap. 3:21).
¿Qué es el trono de Dios? ¿Es un asiento literal donde todos nos vamos a apilar algún día? El trono de Dios es una dimensión (una posición de autoridad espiritual), es un estar consciente de la vida de nuestro Padre Dios tomando pleno control de nuestras vidas, la cual nos traerá dentro de la autoridad de una vida del reino.
Todas las promesas para el vencedor no son para una vida futura después de que tu te mueras, sino para que las puedas experimentar ahora. Acostumbraba a decir que me gustaría ser un vencedor y experimentar todas las promesas y ser capaz de disfrutar con Dios. Acostumbraba a anhelar tener el Espíritu de Dios consumiéndome y llenándome con Su vida vencedora. Pero mi concepto sobre un vencedor era alguien quien nunca fallaba, alguien que no pecaba, alguien que siempre hacía lo correcto. Sí este es tu concepto, nunca experimentarás ser un vencedor. No puedes depender de tu buena conducta para ser un vencedor mucho más que de lo que puedes depender en ser justificado ante Dios. Un vencedor es simplemente alguien que está siendo transformado día a día, en la vida diaria (que, aunque a veces peque, lleva cuentas cortas con Dios cada día, juzgándose así mismo delante de Dios y dejando que Dios le juzgue, creciendo en Su presencia, anhelando complacerle y hacer Su voluntad, amando Su voluntad) .
(Ap. 12: 10-11)
"Entonces oí una fuerte voz en el cielo, que decía: "Ya llegó la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Mesías, porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos, el que día y noche los acusaba delante de nuestro Dios. Nuestros hermanos lo han vencido con la sangre derramada del Cordero y con el mensaje que ellos proclamaron; no tuvieron miedo de perder la vida, sino que estuvieron dispuestos a morir".
Tú puedes estar sorprendido cuán simple es ser un vencedor. La responsabilidad de vivir la vida cristiana no está en nuestra naturaleza carnal o nuestras capacidades naturales. Necesitamos darnos cuenta que es el Espíritu de Dios dentro de nosotros quien es responsable de vivir la vida cristiana. Debemos poner nuestra fe, nuestra esperanza, nuestra confianza, nuestro depósito en Él, Quien es capaz de levantarnos, y quien es el Único suficiente en cada circunstancia y cada condición. La responsabilidad por la vida cristiana no es de mi carne, no es de mis esfuerzos, no está de acuerdo a lo que yo pueda hacer, sino que la responsabilidad está en Él, Quien es capaz de darme una herencia entre aquellos que están santificados.
Ap. 12:10, dice, "ahora, la salvación llega", cuando tu lees Revelación no se pospone al futuro. El libro de Apocalipsis, cuando empiezas a ver la interpretación espiritual, es un descubrimiento del Cristo dentro de ti. No lo pospongas a un evento futuro. Ahora la salvación llegó. Hoy es el día de la salvación. Ahora, si escuchas Su voz. Ahora, si puedes recibir Su revelación, ha llegado la salvación y el poder. Ahora, ha llegado el Reino de nuestro Dios y la autoridad de Su Cristo.
Hemos visto que cuando pecas, sientes separación de Dios, sientes culpa en tu conciencia y eres acusado por el enemigo. La sangre de Jesús restaura tu amistad con Dios, limpia tu conciencia y responde las acusaciones del enemigo.
¿Cuántas veces has pensado que era por esfuerzo que debíamos vencer? La mente carnal es muy engañosa. Los cristianos están bajo mucha acusación y condenación, pensando que ellos de alguna manera deben hacer a su carne obedecer a Dios. Ellos escuchan la acusación, " Tú debes ser como Dios". En cualquier momento que te encuentres a ti mismo luchando para ser como Dios, puedes estar seguro que estás en la carne. Multitudes de cristianos están luchando en la carne, por que ellos nunca han experimentado que es lo que Dios les ha hecho ser. Cuando empiezas a experimentar lo que Dios dice que tú eres, te liberará de las obras de la carne. Como hemos compartido muchas veces anteriormente, eres un vaso para contener y expresar todo y cada cosa que Dios es. Eso es tuyo no por obras, sino por don de Dios. Solamente necesitamos una simple fe en la sangre de Jesús, "Por una sola ofrenda Él ha perfeccionado para siempre a los que son santificados". Tú eres santificado por que tienes a Jesús en ti, no a causa de cualquier cosa que hayas hecho. El apóstol Pablo dijo, "Para mi vivir es Cristo", Jesús está vivo en mí. Para mí vivir es Cristo, para mí caminar por las calles de mi ciudad es una realidad porque Jesús otra vez camina en la carne humana. Para mí imponer las manos sobre la gente y ministrarles es dar a Dios la oportunidad una vez más de tocar la humanidad y traerles restauración.
Ellos le vencieron por la sangre del Cordero. Ellos no le vencieron por sus obras, ellos no vencieron por justificar lo que hicieron o por propia justicia, sino que le vencieron por la sangre del Cordero, por la palabra de su testimonio y por no amar sus vidas hasta la muerte. La palabra "vidas" aquí es la palabra griega psuche, la cual significa la vida del alma, o vida del yo; no significa vida física.
Ellos le vencieron por la sangre del Cordero y por la palabra de su testimonio. ¿Cuál es la palabra de tu testimonio? Uno de las cosas más importantes que tu alguna vez hagas como cristiano es edificar un buen testimonio. Tú vences al acusador por la sangre y por tu testimonio, el cual es lo que crees de acuerdo a lo que Dios dice en Su palabra. ¿Cómo respondes al acusador cuando tu eres acusado? ¿Sientes la debilidad y depresión que el acusador quiere imponerte? Debes responder la acusación por la palabra de tu testimonio. "Por una sola ofrenda Él ha perfeccionado para siempre a los que están santificados. El entró una vez dentro del Lugar Santísimo habiendo obtenido eterna redención para nosotros". Jesús es mi Sumo Sacerdote; Él tomó Su sangre sin pecado, sin mancha en el Lugar Santísimo y abolió el pecado para siempre: "Contemplad al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo". ¿Como pudiera estar bajo condenación cuando conozco el poder de la sangre de Jesús? Todo lo que necesito hacer es ser honesto ante Dios. Por supuesto que fallo; yo aún hago algunas cosas voluntariamente que yo sé que no debería. Yo no creo que haya alguno de nosotros que en algún momento no haga decisiones incorrectas. No estoy justificado porque yo siempre hago las decisiones correctas. Estoy justificado por la ofrenda de Jesús.
La conciencia de pecado es el sentimiento que tienes de debilidad, fracaso, condenación y de ser inadecuado e incapaz para hacer eso que sabes que Dios quiere que hagas. Si pudiéramos disipar la conciencia de culpa, condenación, de pecado, de la gente de Dios, revivirían en el poder del Espíritu. Si pudiéramos dejar de confiar en nuestra carne para tratar de conformarnos a los estándares de Dios, y simplemente disfrutáramos de Su Perdón, comenzaríamos a caminar en el gozo del Señor. Cuando las acusaciones vienen a nuestra conciencia, simplemente responde con la palabra de tu testimonio., "Si, fallé, aun sabiendo que no debería hacerlo, hice una decisión incorrecta en mi voluntad, pero todavía tengo la sangre de Jesús. Padre por tu gracia y con la ayuda de tu Santo Espíritu habitando en mí no lo haré más". Mi conciencia se vuelve vacía de ofensa, no por que soy justo, sino por que conozco el poder de la Sangre. Tengo acceso libre para entrar en Su presencia valientemente y disfrutarlo en toda Su plenitud.
¡Oh, cuando te sientes desesperanzado, cuando piensas que no tienes una oportunidad, es maravilloso alejar tu mirada de ti mismo y volverla a la Sangre del Cordero, y saber que Él es el que carga con el pecado y tú no tienes que llevar toda esa culpa y condenación! La Sangre resuelve el problema del pecado, resuelve el problema de la culpa y resuelve las acusaciones del enemigo. ELLOS LO VENCIERON POR SU TESTIMONIO. No aceptes la culpa y las acusaciones. Empieza a construir un fuerte testimonio de acuerdo a la Palabra de Dios, y comienza a confesar estas cosas. Confiesa y decreta tu perdón y la grandeza de tu Padre y Su habilidad y buena voluntad para perdonar. El no mira a tus pecados. Sus ojos no contemplaran la maldad. Él ve la sangre de Jesús. Si tu también dejas de mirar el pecado y mirar la sangre de Jesús, conocerás el poder liberador del Espíritu Santo dentro de ti para trasformarte en "un hijo de Dios, "por que a los muchos que el recibió les dio el poder de convertirse en los hijos de Dios".
Medita sobre estas cosas y pídele a Dios una revelación de estas verdades. No te concentres en tu pecado y fracaso, sino medita en Él quien tiene el poder para hacerte libre. Si tu entras en un entendimiento de estas cosas, nunca permanecerás bajo condenación una vez más. Inmediatamente cuando la condenación viene, responderás con las palabras de tu testimonio de la Sangre de Jesús.
"Y ellos no amaron sus vidas (vidas del alma) hasta la muerte". Aprende a apreciar la Sangre de Jesús, y entonces sabrás como "a través del Espíritu poner a morir las obras de la carne". Nunca te conformarás a Dios a través del propio esfuerzo. La sangre es todo lo que Dios necesita para satisfacer Su justicia. Tú has pecado y te has alejado de la presencia de Su gloria, pero la Sangre satisface a Dios. Tu conciencia puede ser condenada pero la sangre la limpia, por que tu confías en la Palabra de Dios. Tu tienes valentía y confianza, sabiendo que la Sangre te limpia de cada uno y todos tus pecados. Por la palabra de tu testimonio testificas estas cosas y tu testimonio calla la acusación del enemigo. Esto te trae dentro de una vida plena de gozo y amistad con Dios, por que está basada en la simple fe en Su Palabra y en Su habilidad para hacer que prevalezcas.


¿Sí Dios esta contigo, quien contra ti?


ADMINISTRADOR:
Estamos totalmente en sintonía con esta excelente publicación del hermano Sigler. Las notas explicativas no pretender enmendar al hermano, sino aclarar lo que hemos vivido en nuestra experiencia. Efectivamente creemos que debemos seguir las indicaciones de Sigler para salir de la condenación, mediante la confesión y la fe en la Sangre para la liberación de nuestra conciencia; cuando lo hacemos, lo sintamos o no, ante Dios es suficiente. Sin embargo en nuestra experiencia no sentiremos la libertad y la paz hasta que no hayamos madurado lo suficiente como para superar la crisis del Jordán, que nos da acceso a Tabernáculos, es decir, a la vida en el espíritu o vida abundante. Una vez del otro lado la confesión es efectiva y obtenemos libertad de culpabilidad instantáneamente. Incluso en este lado el Señor efectivamente quita el pecado, removiendo muchas veces las circunstancias para evitar que pequemos.
Damos gracias a Dios por la luz que este hermano nos está aportando y confiamos en que muchos sean bendecidos con sus publicaciones.

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