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JESÚS, EL ÁRBOL DE LA VIDA (Cap. X de "Shabat"), Joseph Herrin



Hay un árbol que crece en lugares estériles y silvestres. Se encuentra en el oeste Estados Unidos y lleva el nombre de "El Árbol de Joshua". Sabiendo que Joshua es la castellanización del nombre hebreo Yahshua, no debe ser ninguna sorpresa saber que este árbol se ajusta a la descripción física del Mesías.

Isaías 53: 2. Creció como un retoño delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay apariencia en él, ni hermosura como para que le miremos, ni atractivo como para que nos deleitemos en él.

Este árbol de hecho crece en tierra seca y no tiene aspecto hermoso ni majestad. En cuanto a los árboles hay poco que pueda atraer la atención de una persona o hacer pensar que hay algo particularmente notable de este árbol. No me sorprendería encontrar que el Árbol de la Vida en el Jardín del Edén hubiera sido similar en su forma. Muy a menudo el Padre viste o esconde las cosas que son muy apreciadas por Él en formas que tienen poco atractivo para el hombre natural.

Yahshua declaró que Él era el Señor del sábado (Mateo 12: 8, Lucas 6: 5), y se dijo que no tenía aspecto hermoso ni majestad para que los hombres debieran mirarle, ni apariencia de la que los hombres se sintieran atraídos. Del mismo modo, hay poco en el mensaje del Reposo de Dios que atraiga al hombre natural. El mensaje del descanso del sábado de que los hombres cesen en sus propias obras. Se lleva a los hombres a considerar que sus propios esfuerzos son sin ningún valor delante de DiosEl mensaje del sábado lleva a uno a la humillación y a la humildad. Este tipo de cosas no atraen a la carne. En cambio las carne guerrea contra estas cosas. La carne del hombre inventa muchos caminos y actividades a seguir, pero sólo el verdadero descanso dará fruto para eternidad.

La Iglesia de este día ha rechazado en gran medida el mensaje del día de reposo, y de hecho es desconocido para muchos creyentes. Lo que atrae a los santos son los ministerios fuertes y vibrantes que tienen aspecto hermoso y majestad. Los santos se sienten atraídos por aquellas iglesias que han construido impresionantes edificios con agujas altas, vidrieras, y banderas que enarbolan con orgullo. La Iglesia busca hacerse atractiva para el mundo para que el mundo sea engañado en su abrazo. Sin embargo, este no es el camino del Espíritu.

Yahshua era una roca de ofensa y una piedra de tropiezo (Romanos 9:33, I Pedro 2: 8). Los ricos y los poderosos y los mundanos con éxito, en gran parte rechazaron a Yahshua. Ellos querían un líder fuerte y poderoso que tuviera gran majestad y que fuera impresionante en estatura. Fueron muy decepcionados por este hombre que predicaba la muerte a uno mismo, y la obediencia a la voz de Dios.

La Iglesia ha tratado de remodelar lo que no gustó a aquellos que despreciaron y rechazaron a Yahshua par que se sientan atraídos y cómodos con ella. Muchas personas del mundo han entrado en la Iglesia porque las enseñanzas más difíciles de Cristo se han evitado, han permanecido mundanos y su presencia ha animado a otros a ser mundanos.

La Iglesia de hoy hace muchas cosas que por fuera parecen buenas, e incluso piadosas, pero muchas de estas cosas nacen del árbol de la ciencia del bien y del mal. Al comer de esta fruta que aparecen "como Dios", y muchos santos han sido engañados por esta semejanza a Dios. Si uno tiene ojos para ver, sin embargo, se dará cuenta de que la semejanza a Dios no es más que una fachada. Por debajo, la mayor parte de las obras y la actividad de la iglesia, es nacida de la voluntad del hombre.

En la sociedad occidental características tales como la ambición, la iniciativa y la independencia son vistas como virtudes fuertes y deseables. La humildad, la paciencia, la mansedumbre y la dependencia de otros se consideran cualidades débiles. La iglesia ha adoptado esta forma de pensar.

La Iglesia desea ser atractiva, majestuosa, y tener gran estatura en el mundo. Estas no eran cualidades de Yahshua, ni son cualidades que sean una necesidad de la Iglesia en esta hora. La iglesia necesita adornarse con humildad (I Pedro 5: 5), para convertirse en humilde a su propios ojos, donde ya no dará por supuesto guiarse y dirigirse a sí misma. Sólo a través de rebajarse así delante de Yahwéh la Iglesia entrará en el descanso del sábado al que se le ha llamado.

Nuestro problema es un problema de competencia de reinos. Lo que está estimado en el reino de este mundo es despreciado en el Reino de Dios (Lucas 16:15). Yahshua fue rechazado por los suyos, pero en el reino de Dios Él fue muy estimado y se ha sentó en la diestra del poder junto a Su Padre. Es igual para los que van a mirar más allá de la reinos presentes y temporales del hombre al Reino Eterno de Dios, que se adornarán a sí mismos con humildad y que cesarán de sus propias obras.

Cuando estamos a punto de entrar en el séptimo día del hombre, este es el llamado de la de esta hora. ¿Podría dejar de hacer lo que su alma desea? ¿Va a tratar a conocer la mente de Jehová y hacer toda Su voluntad?

Hebreos 4: 1-11. 1 Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. 2 Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero la palabra que oyeron no les aprovechó, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron. 3 Pero los que hemos creído entramos en el reposo, tal como él ha dicho: Como juré en mi ira, No entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo. 4 Porque en cierto lugar ha dicho así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día. 5 Y otra vez en este pasaje: No entrarán en mi reposo. 6 Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de su desobediencia, 7 otra vez fija un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como está predicho: Si oís hoy su voz. No endurezcáis vuestros corazones. 8 Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría de otro día después de esto. 9 Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. 10 Porque el que ha entrado en su reposo, también él mismo ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. 11 Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga, imitando este ejemplo de desobediencia.

Sí, queda un reposo para el pueblo de Dios. No todos van a entrar. Somos exhortados a ser diligentes para entrar en ese reposo. Porque dejar de hacerlo es dejar de cumplir con la voluntad del Padre para nosotros.

¿Va a contentarse con menos de la voluntad de Dios para su vida? No cometa el error de muchos en la Iglesia de pensar que el sábado no es más que un día de cada siete en que el hombre tiene prohibido realizar trabajo físico. El sábado es el corazón del deseo del Padre para la humanidad. El sábado es un estado de reposo, donde el hombre vuelve a la unión con el Padre; donde el hombre encuentra su propósito y razón de vivir en la voluntad revelada de Yahwéh Dios. Sábado es un lugar donde el hombre deja de su propio trabajo y la actividad de sus propios pensamientos y planes.


Sábado es la herencia, la tierra prometida puesta frente a los santos de Dios. Seamos diligentes para entrar en nuestra herencia. Que Yahwéh tenga un pueblo que viva para lograr toda Su voluntad.

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