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LOS TRES GRANDES [Primera Corintios 13 (22)], Dr. Stephen Jones


18/08/2017



Pablo concluye su discusión del amor diciendo en 1 Corintios 13:13,

13 Mas ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.

Anteriormente, en el versículo 7, la fe y la esperanza son las características decimotercera y decimocuarta del amor, en la lista de Pablo. Cuando dice que el amor "todo lo cree", utiliza la palabra griega pisteuo, que es la forma verbal de fe (pistis). La palabra elpizo es el verbo griego, "esperar", y el sustantivo es elpis.

Pablo escoge la fe, la esperanza y el amor como las virtudes más importantes que los creyentes cristianos buscan y adquieren. Sin embargo, puesto que la fe y la esperanza son sólo partes del amor, la mayor virtud cristiana puede resumirse en la palabra amor (ágape). En otras palabras, sin las dieciséis virtudes enumeradas en este capítulo, el amor es incompleto.

La fe y la esperanza están limitadas por el tiempo, mientras que el amor es atemporal. Pablo dice en 2 Corintios 5:7, "andamos por fe, no por vista". En otras palabras, la fe ve lo que todavía no existe. La fe tiene previsión de ver más allá de la realidad presente en el flujo continuo del tiempo. La fe se ejerce sólo hasta que el objeto de la fe se convierte en plena realidad. Abraham tuvo fe en la promesa de Dios de darle un hijo, y cuando se cumplió la promesa, ya no necesitaba ejercer fe en esa promesa particular.

La esperanza también depende del tiempo, porque, como la fe, la esperanza termina cuando se ve y se recibe el objeto de la esperanza. Pablo dice en Romanos 8:24,25,

24 Porque en esperanza fuimos salvos, pero la esperanza que se ve no es esperanza; porqué lo que uno ya ¿porqué esperarlo? 25 Pero si esperamos lo que no vemos, con perseverancia ansiosamente lo esperamos.

La Esperanza espera ansiosamente y con perseverancia hasta que se vea lo que se espera. Una vez que se ve, la esperanza termina, porque "la esperanza que se ve no es esperanza".

La fe es el don del amor que hace posible responder a la voz de Dios; es la iniciadora de una nueva forma de vida que sigue la dirección del Espíritu hacia la meta final. La esperanza se refiere a la meta en sí, en lugar de los medios para llegar allí.

Así entendemos que la fe y la esperanza son cosas transitorias. Son elementos necesarios del amor en este reino del tiempo, pero al estar basadas en el tiempo, no tienen más función cuando ha llegado lo que es perfecto. Sólo queda el amor, porque trasciende el tiempo. Nunca hay un momento en que el amor deje de ser un componente necesario de la vida. El amor es la naturaleza misma de Dios, y ahora tenemos fe en Su promesa de llenarnos con Su amor. Esta es nuestra esperanza -ser como Él- y cuando finalmente alcancemos el estado de amor perfecto, nuestros corazones estarán satisfechos. Ya no tendremos que aferrarnos a la promesa por fe, ni tendremos que esperar algo por venir.


La fe y la esperanza son dos de los tres grandes, así que nunca debemos minimizar su importancia. Sin embargo, el más grande de éstos es amor.

Etiquetas: Teaching Series
Categoría: Enseñanzas

Dr. Stephen Jones

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