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LAS TRES FIESTAS DE LA COSECHA DE DIOS: CEBADA, TRIGO Y UVAS (REVISADO) ("El Gran Jubileo de la Creación"), Dr. Stephen E. Jones





CAPÍTULO 6
LAS TRES FIESTAS
DE LA COSECHA DE DIOS


Cuando Israel salió de Egipto, Dios les dijo que tendrían que conmemorar sus experiencias principales, con ciertas ceremonias efectuadas en días especiales consagrados o festividades. Las tres principales celebraciones eran la Pascua, Pentecostés y Tabernáculos. A éstas se les conoció también como la Fiesta de los Panes sin Levadura, la Fiesta de la Siega (primeros frutos) y la Fiesta de la Cosecha a la salida del año (cuando recogían los frutos de sus labores del campo).

Las instrucciones básicas fueron dadas por Dios en Éxodo 23: 14-17

14 Tres veces al año me celebraréis fiesta. 15 Guardarás la fiesta de los panes sin levadura. Siete días comerás pan sin levadura, como Yo te mandé, en el tiempo señalado del mes de abib, pues en él saliste de Egipto. Y nadie se presentará ante Mí con las manos vacías.

La Fiesta de la Pascua y los siete días de los Panes sin Levadura son la primera. Esto es en conmemoración del día en que Israel salió de Egipto, bajo la dirección de Moisés, camino hacia la Tierra Prometida. La segunda festividad, Pentecostés o Fiesta de la Siega, conmemora la entrega de la Ley en el monte Sinaí; el día en que el fuego de Dios bajó sobre el monte y Dios habló a todo el pueblo. La tercera festividad es la de Tabernáculos o de la Cosecha, que conmemora dos cosas: 1) la construcción del Tabernáculo en el desierto y 2) el tiempo en que Israel se suponía que cruzaría el Jordán para entrar a la Tierra Prometida.

Estas fiestas fueron establecidas para recordar ciertas experiencias claves en la vida de la nación. Pero también tienen otra clase de significados. Del lado personal, la Pascua significa nuestra justificación (espíritu) por la redención del pecado ("Egipto"), Pentecostés significa nuestra santificación (alma) por medio del derramamiento del Espíritu Santo. La Fiesta de Tabernáculos significa la glorificación con la redención de nuestro cuerpo (Romanos 8: 23).



Las tres cosechas: Cebada, Trigo y Uvas

Una cosecha particular es asociada con cada uno de los tres días festivos (mencionados). La Pascua es asociada con la Siega de la cebada; Pentecostés es asociada con la Cosecha del trigo; y Tabernáculos es asociada, de manera específica con la Cosecha de la uva, o vendimia. Debido a que esto es poco conocido, muchos no logran entender las enseñanzas de Pablo en referencia a las tres cosechas.

En la tierra de Palestina, la cebada era la primera en madurar en la primavera del año. Cuando la gente venía a Jerusalén para la Pascua, cada cual traía abundantemente gavillas de cebada para ofrecer a Dios como las primicias de la cosecha (o sea, los primeros frutos cosechados). En el primer domingo después de la Pascua, el sacerdote tomaba una gavilla de cebada y meciéndola (con un movimiento hacia arriba y hacia abajo) la ofrecía delante de Dios (Levítico 23: 10-14.) La New American Standar Bible (NASB) tiene una nota aclaratoria sobre este pasaje en la que se lee:

La festividad de los primeros frutos (o primicias) incluía la presentación al Señor de una gravilla (lit. un HOMER) de la cosecha de la cebada… Los Primeros Frutos o Primicias simbolizaban la consagración de toda la cosecha a Dios, y era una garantía segura de que toda la cosecha sería recogida”.

Sin embargo, el trigo no se había madurado o sazonado para la época de la Pascua, en esa parte del mundo.

En el Antiguo Testamento hay una narración que también muestra esto; nos trae al recuerdo que, en los días de Moisés, Dios envió diez plagas a Egipto, antes de que el Faraón permitiera a Israel irse. Finalmente, Israel salió de Egipto, un día después de la décima plaga, y esto vino a ser celebrado como la Fiesta de la Pascua. La séptima plaga que cayó sobre Egipto, antes de la Pascua fue "el granizo". La Biblia nos narra que el granizo destruyó las plantaciones de cebada, porque ésta ya había espigado o madurado, pero el trigo no fue destruido porque aún no había madurado, Éxodo 9: 31-32 dice:

31 (Y el lino y la cebada fueron destruidos, pues la cebada estaba en espiga y el lino estaba en flor; 32 pero el trigo y el centeno no fueron destruidos, por ser tardíos).

Hay una nota aclaratoria en la NASB en los comentarios con relación a esto:

El trigo y la escanda (una clase inferior de trigo), no fueron dañados en ese tiempo, porque maduraban un mes después o algo así”.

De esta forma podemos ver que el trigo maduraba más tardíamente, en el tiempo de Pentecostés. Así como la cebada era dada como ofrenda a Dios el primer día de la semana después de la Pascua, asimismo el trigo era ofrendado en Pentecostés, siete semanas después. Esto queda claro en Éxodo 34: 22, donde se lee:

22 También celebrarás la fiesta de las semanas, es decir, los primeros frutos de la siega del trigo, y la fiesta de la cosecha al final del año.

Los viñedos maduraban al final de la temporada de cultivo, a fines del verano. Las uvas eran cosechadas y echadas en lagares o depósitos especiales para ser machacadas o aplastadas con los pies y recoger luego el mosto. En cada uno de los siete días de la Festividad de Tabernáculos, una jarra o cántaro del mosto de la cosecha de uva, era derramada en el Templo, como bebida ofrecida al Señor (Levítico 23: 27).

Y así, de esta forma vemos que había tres principales días de fiesta en Israel: la Pascua, Pentecostés y Tabernáculos. Cada una de las cosechas era dedicada en las ceremonias del templo, incluyendo los diferentes productos de la cosecha: cebada, trigo y uvas. Los dos primeros eran granos, el último era fruto. Estos eran festivales de la cosecha (o de la vendimia en el caso de la uva) los cuales se celebraban tres veces al año, cuando todo varón debía acudir ante la presencia (“rostro”) de Dios. Estos tres festivales tenían un significado profético, relativo a la "cosecha de almas", en donde en el divino mandato requiere que los hombres estén presentes ante Dios.



El significado de la Cebada en la Biblia

Si estudiáramos los pasajes de la Biblia en los cuales se hace mención de la cebada, podríamos encontrar muy valiosa información acerca de la Primera Resurrección y del carácter y el llamado de aquellos que han de calificar para esta Primera Resurrección. El hecho de que la cebada madura temprano, nos dice que "los primeros frutos de la cebada" representan a la primera gente que ha de madurar espiritualmente para producir los frutos del Reino que Dios requiere. La cebada, asimismo, sobrevive a la sequía (falta de agua), al calor y al frío más fácilmente que el trigo.

En la historia de Eliseo, por ejemplo, durante una sequía, un hombre le trajo a él los primeros frutos (o primicias) de la cebada, (2º Reyes 4: 42). Casi al mismo tiempo en que Eliseo venció la muerte en el guiso de la olla, lo que significaba la resurrección. El profeta entonces, multiplicó la cebada y dio de comer a cientos de personas.

Un ejemplo, en el Nuevo Testamento, se encuentra en Juan 6, en donde Jesús alimenta a cinco mil. Esto ocurrió en el tiempo de la Pascua (6: 4) y un muchacho joven trajo cinco panes de cebada y 2 pescados (6: 9). Después de multiplicar los panes, Jesús dijo a sus discípulos "que recogieran todos los pedazos que quedaran, de modo que no se perdiera nada". Más adelante, en el mismo capítulo, nos repite en tres ocasiones este relato, diciendo: "Yo lo resucitaré en el día postrero" (6: 39, 44, 54). En otras palabras, así como doce cestas de pedazos de cebada fueron recogidas de modo que nada se perdiera, asimismo, una cantidad de cebada, que fue despedazada o quebrantada para alimentar al pueblo, ha de ser levantada en los últimos días de la época presente. "Doce" es el número bíblico del gobierno divino. La gente de la cebada, está llamada a gobernar y a reinar con Cristo.

En cuanto al llamado del Grupo de la Cebada podemos leer que Gedeón y su ejército fueron llamados "una hogaza de pan de cebada" (o un pan de cebada). Dios ha de formar un ejército de Vencedores que gobernarán con Cristo para someter todas las naciones bajo sus Pies. Sus armas serán una trompeta y un cántaro de barro con una antorcha encendida en su interior. Gedeón dio instrucciones a su ejército, de que tenían que permanecer quietos o sin moverse hasta el momento en que la trompeta sonara. Enseguida, al sonar la trompeta, tenían que quebrar o romper los cántaros de barro y mostrar las antorchas que estaban dentro.

La trompeta simboliza la resurrección, por esa razón, Pablo nos dice que los muertos serán resucitados a la "final trompeta" (al sonido de la última trompeta) (1ª Corintios 15: 52); ésta es la Séptima Trompeta. En lo referente al cántaro o vasija de barro y la antorcha adentro, se nos dice que la gloria de Dios está oculta (o escondida) dentro de nosotros mismos, y que "tenemos ese tesoro en vasijas de barro" (2ª Corintios 4: 7). Llegará un momento en que sonará la última trompeta, y estos cuerpos de muerte, los "vasos de barro", se quebrarán para revelar la luz de la gloria de Dios. Esto ocurrirá en la Primera Resurrección.



El significado del Trigo en la Biblia

Un estudio referente al trigo, en la Biblia, nos enseña lo concerniente a la Iglesia en general, y la forma en que ésta es levantada y juzgada en forma sucinta en la Segunda Resurrección. Los primeros frutos (o primicias) de Pentecostés, simbolizan la Segunda Resurrección, cuando la Iglesia es levantada para presentarse ante el rostro de Dios. Como dijimos anteriormente, el trigo maduro era cosechado en la época de Pentecostés. En aquellos días el Sumo Sacerdote debía de ofrecer a Dios dos panes de trigo, amasados con levadura y horneados. Luego que Dios recibía su porción, se le permitía al pueblo cosechar y alimentarse de la cosecha de trigo de ese mismo año.

La Fiesta de Pentecostés se enfoca particularmente, en el pueblo que ha sido amasado con levadura. Israel recibió la Ley en el Monte Sinaí, en el día de Pentecostés. En esa época, el pueblo fue constituido como reino, conforme a la Palabra que Dios les expresó. El pueblo tuvo temor al fuego y huyeron para alejarse de la voz de Dios (ver Éxodo 20: 18-20). El pueblo estaba fermentado con levadura y no quería entrar dentro del fuego de Dios para quitarse la levadura. Es así como Pentecostés no pudo ser establecida en los días de Moisés.

En el segundo capítulo de Hechos leemos que Pentecostés fue finalmente cumplida porque los discípulos no corrieron para alejarse de Dios, sino que dejaron que el fuego los envolviera. Pero aun así, el problema básico continuó, la "Edad Pentecostal" todavía estaba fermentada o leudada (cubierta o amasada con levadura) y la Iglesia en general ha seguido el ejemplo de Israel bajo la autoridad de Moisés, rehusándose a oír la voz de Dios, y alejándose con urgencia de su fuego.

La Fiesta de Pentecostés no fue diseñada para dar perfección; condición que sólo se alcanza sin el efecto de la levadura. Pentecostés nos da solamente una promesa del Espíritu, un anticipo, en lugar de una plenitud. La NASB lo llama "una promesa". Efesios 1: 13 -14, dice:

13 En Él también vosotros, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído, fuisteis sellados en Él con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que nos es dado como garantía (arras) de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida por Dios, para alabanza de su gloria.

Esto es, asimismo, confirmado en 2ª Corintios 1: 22 y 5: 5. Como consecuencia, en el presente, nosotros vivimos en una época de levadura o leudada; una época de un reino imperfecto de sacerdotes que carecen de la abundancia o plenitud, por medio de la cual ellos tendrían que conducir el Reino, a la perfección.

Si hay algo que hemos aprendido en la Edad Pentecostal, es que nosotros no podemos heredar un Reino perfecto, con base en un simple anticipo o garantía del Espíritu. Solamente aquellos con la plenitud de su Espíritu, pueden heredar la promesa plenamente. Esto, desde luego, viene a ser frustrante para los del "Grupo o Compañía de la Cebada", que viven en la época Pentecostal, todavía con deseo de la plenitud del Espíritu. Pero todos tendrán que esperar el tiempo asignado para ello. Habrá de producirse una bendición colectiva, que Dios dará al Grupo de la Cebada completo, al mismo tiempo, y esto ha de esperar hasta que todos los del Grupo de la Cebada, hayan nacido y lleguen a la madurez completa. (Nota del Traductor: Creemos que esto es en cuanto a la herencia del cuerpo glorificado, porque se tiene, digamos, un anticipo al nivel del espíritu o corazón, como el autor aclara en el siguiente párrafo, al recibir la vida de resurrección tras el cruce el Jordán, río que simboliza nuestras experiencias de muerte, sepultura y resurrección).

Esta situación es representada o tipificada por Caleb y Josué en los días de Israel en el desierto. Estos dos hombres fueron como Grupo de la Cebada, en medio del Grupo del Trigo, "la iglesia en el desierto" (Hechos 7: 38). Ellos querían cruzar el Jordán y entrar ya a su herencia, pero debido a que la mayoría de los israelitas rehusaron entrar, Caleb y Josué tuvieron que andar errantes, caminando sin objetivo alguno en el desierto junto con el resto. Esta situación difícilmente podía tener buenos resultados, pero Dios obró en los dos niveles, en el nivel individual y en el nivel colectivo. Ciertamente, puede manifestarse el carácter de la cebada en el corazón de los individuos como tales, pero no podrán entrar en la "Tierra Prometida", hasta que llegue el tiempo señalado.

En el nuevo testamento hemos visto repetirse el mismo modelo. La gente del Reino, del Nuevo Testamento, ha andado como vagabunda en un desierto por espacio de 40 Jubileos, es decir, (40 x 49 = 1960 años). Aunque los Caleb-s y los Josué-s de la presente época han visto la Tierra Prometida y hace mucho han cruzado el Jordán para entrar a su herencia, esta les fue denegada hasta el tiempo señalado. Muchos de estos "Vencedores" murieron, sin haber heredado la promesa (o lo prometido). Sin embargo, Dios los levantará de la muerte al sonido de la séptima trompeta de algún año, para que, resucitados, puedan entrar a su heredad, junto con aquellos del grupo de la cebada que estén vivos en aquel día.

Tal vez el más significativo pasaje del Antiguo Testamento, que concuerda con lo referente a la cosecha del trigo, se encuentra en el relato de la coronación de Saúl como primer rey de Israel (1º Samuel 9-12.) El pueblo había pedido un rey, antes de que David naciera, así que Dios les dio a Saúl para que fungiese como rey de ellos. El Reino fue renovado de esta manera (1º Samuel 11: 14), pero fue un reino mezclado con levadura. Saúl fue coronado en el día de Pentecostés, ya que en el discurso de la coronación que pronunció Samuel, él mismo dijo, en 1º Samuel 12: 17: “¿No es ahora la cosecha del trigo?” Esto dio a entender que se trataba del día en que los dos panes de trigo eran ofrecidos a Dios, puntualizando o señalando el comienzo de la recolección del trigo.

Saúl fue para Israel lo que la Iglesia ha sido en el tiempo del Nuevo Testamento. Saúl empezó haciendo lo que era correcto, pero en el segundo año de su reinado desobedeció a Dios y, como consecuencia, vino a ser descalificado para gobernar a Israel (lea 1º Samuel 13: 1, 13-14). No obstante, Dios le permitió continuar gobernando por otros 38 años y medio.

Esto siguió el patrón de Israel, precisamente bajo la dirección de Moisés. Hay que recordar que bajo el mandato de Moisés, el pueblo se negó a cruzar el Jordán también en el segundo año, y como consecuencia, Dios hizo que la nación deambulara por el desierto por otros 38 años y medio.

En el Nuevo Testamento los acontecimientos vienen a realizarse en igual forma una vez más. En Pentecostés, la Iglesia tuvo un excelente comienzo, pero el pueblo (representado por sus gobernantes, en el sanedrín) se negó a obedecer a Dios. El punto focal se dio cuando Esteban fue apedreado (Hechos 7), así se completó la parte de Caleb y Josué, urgiendo al pueblo que cruzara el Jordán para entrar en la Tierra Prometida. Así como la gente casi apedreó a Caleb y Josué, así también apedrearon a Esteban. Esta fue la negativa de la Edad del Nuevo Testamento a "cruzar el Jordán", y resultó en 40 Jubileos vagando de nuevo en un desierto. Esta interpretación es corroborada por el significado del nombre "Esteban"; en griego, "Stephanos" quiere decir, "Corona". De esta forma la lapidación de Esteban simbólicamente fue el rechazo de la corona de vida. El hecho de negarse a cruzar el Jordán y heredar la Tierra Prometida, fue el rechazo de la herencia que nos fue prometida, la cual es nuestra esperanza, la redención de nuestros cuerpos (Romanos 8: 23).

Y así, esta pasada Edad de Pentecostés ha sido la Edad del gobierno de Saúl. El Reino en realidad fue establecido en Pentecostés, como se lee en el segundo capítulo de Hechos, pero éste no fue el Reino perfecto, caracterizado por un gobierno davídico. Al contrario, este fue un Reino imperfecto, "lleno de levadura", como lo ha demostrado la historia, simbolizado por el reinado de Saúl en el Antiguo Testamento.

Como en los días de Saúl y de David, la nación tendría que esperar el final del reinado de “Saúl”, antes de que empezase el Reino "Davídico". Esta es la Edad de la Iglesia, la recolección del trigo. Aquellos que pertenecen a la cosecha de la cebada, como Caleb y Josué, tendrán que esperar la total consunción (finalización) del tiempo de la Edad de la Iglesia, antes que puedan heredar la Primera Resurrección. El mensaje de Esteban con referencia al Reino en Hechos 7, fue rechazado cuando él expresó al sumo sacerdote la urgencia o la necesidad de seguir a Josué-Jesús para cruzar el Jordán. Y, en esta forma, nosotros fuimos sentenciados a deambular (como vagabundos), por el desierto, ¡nuevamente!

Como podemos ver, siempre existe un elemento de juicio alrededor de la Fiesta de Pentecostés. El fuego que cayó sobre el monte Sinaí, en el primer Pentecostés, suponía que traería bendición para el pueblo, por la presencia divina. No obstante, el pueblo corrió alejándose atemorizado. Ellos fueron aterrorizados ante la idea de escuchar su voz, y así, se privaron de tener la divina presencia. El fuego de Dios, entonces, se movió a otro lugar, a un Tabernáculo exterior, hecho por manos de hombre. Sin la presencia divina sobre el pueblo y sin la posibilidad de escuchar la voz de Dios dentro de sus corazones, no podrían tener la fe necesaria como para después cruzar el Jordán. De esta manera, Pentecostés probó ser un juicio para ellos.

Cuando Saúl fue coronado, en Pentecostés, Samuel profetizó "truenos y lluvia" para ese día (1º Samuel 12: 17). Lluvia en tiempo de Pentecostés era algo fuera de lo normal, como la caída de nieve en el verano o la honestidad en el necio (Proverbios 26: 1). De esta manera, la lluvia y los truenos en Pentecostés, podrían ser considerados por el pueblo, como un juicio, como Samuel claramente, quiso dar a entender.

Podemos leer en 1º Samuel 12: 17

17 ¿No es ahora la siega del trigo? Yo clamaré a Yahweh, para que mande truenos y lluvia. Entonces conoceréis y veréis que es grande la maldad que habéis hecho ante los ojos de Yahweh, al pedir para vosotros un rey.

En otro sentido, los "truenos y lluvias" también tienen el significado del derramamiento del Espíritu Santo y la Voz de Dios (la Palabra de Dios). Así es que, aunque se considera que es un juicio en esta situación, también en el mismo centro, hay un elemento de bendición. De hecho, es una mezcla de bien y de mal, que es exactamente el significado o simbolismo de las dos hogazas de pan de trigo amasadas con levadura, que se ofrecían a Dios en cada Pentecostés.

Hay muchos otros ejemplos bíblicos que podríamos citar aquí, pero el tiempo y el espacio no lo permiten. En su lugar, debemos continuar para mostrar el significado o simbolismo de la cosecha del trigo, en lo referente a la Segunda Resurrección de la Iglesia. La Segunda Resurrección parece ser, desde luego, una bendición muy grande para todos los creyentes que no fueron levantados o resucitados en la Primera Resurrección. Sin embargo, debido a que todos los creyentes han sido ya amasados o mezclados con levadura, existe aquí también un elemento de juicio, que se presenta al mismo tiempo. Pablo nos habla de este juicio, en 1ª Corintios 3: 15,

15 Si la obra de alguno es consumida por el fuego, sufrirá pérdida; sin embargo, él será salvo, aunque así como por fuego.

Aquí se habla de hombres para quienes Jesucristo ha sido erigido como fundamento. Se habla de los creyentes. Pero debido a que estas gentes son una mezcla carnal de trigo y levadura, sus obras tienen que ser probadas por medio del fuego. Las obras o acciones buenas (hechas por la fe, en obediencia a la voz de Dios) habrán de permanecer; el resto será destruido por el fuego. El pan habrá de ser cocido al horno para detener el efecto de la levadura. Esto es el juicio, pero el propósito del fuego no es destruir al creyente carnal, sino purificarlo, en la misma forma como hemos mostrado en capítulos anteriores.

La Iglesia en general será resucitada en la Segunda Resurrección. Jesús los llama "los justos", que reciben Vida; al mismo tiempo que "los injustos" serán juzgados en los comienzos de la mencionada Edad Final, en el "Lago de Fuego". En cualquiera de los casos, el fuego que hace justicia, es el mismo fuego que es derramado en Pentecostés. El juicio de Dios está destinado a "limpiar su era, y recoger su trigo en el granero, y quemar la paja en fuego" (Mateo 3: 12).

El bautismo de fuego del trigo (la Iglesia), es las dos cosas, bueno y malo. Representa un procedimiento de purificación, que viene a ser un juicio en lo referente al pecado, para bendición de cada persona en particular. Cuando Dios decide perfeccionar o purificar a alguien, no es una agradable experiencia; es un juicio, pero quienes entienden la mentalidad y los propósitos de Dios, se someterán a este fuego Suyo con buena voluntad y deseo, sabiendo (o conociendo a cabalidad) que Dios dispone todas las cosas de tal manera que todo ha de ser para el bien o beneficio de ellos mismos.



El significado de las Uvas en la Biblia

Finalmente, el estudio de la Biblia relativo a la cosecha de las uvas (o vendimia), con la trituración de las uvas en el lagar (es decir, en los depósitos donde se pisoteaba la uva), nos explica el destino que correrán los incrédulos. El lagar representa la ira de Dios, el Juicio y el Lago de Fuego.

La intención o propósito de la recolección de las cosechas de los cereales de primavera, cebada y trigo, es proveer el pan para la Mesa de la Gran Comunión de Dios. El objetivo de la Fiesta de Tabernáculos, con su celebración de la trituración de la uva, cuando es pisoteada en el lagar, es obtener el vino para proveer la Mesa de Dios. Sin el vino, su mesa de la Comunión sólo tendría pan, y estaría incompleta. Dios ha de tener su vino, pero éste tiene que ser producido en el lagar, que simboliza el Juicio Dios.

Dios cosecha su cebada, su trigo y sus uvas, en diferentes formas, tal como nos lo enseña la naturaleza. Los residuos de la CEBADA se sacan y se botan con facilidad al cribarla (o al moverla pasándola de un recipiente a otro de modo que el viento la limpie), y así, se dice que la cebada es AVENTADA. La acción del viento por sí solo (por medio de la ventilación) es suficiente para quitar la cáscara (o el desperdicio) con la limpieza. Esto nos habla de la COMPAÑÍA DE LA CEBADA (los Vencedores), que responde con prontitud ante el viento del Espíritu Santo.

Para remover la cáscara y demás basura del TRIGO, se requiere TRILLARLO, esto es pasarle encima un cilindro pesado, o algo parecido, para desprender el grano de la paja. Esto es un método de acción más riguroso o más pesado, pero así resulta efectivo el trabajo de limpieza. Esto nos describe (o nos muestra) el hecho de que LA IGLESIA ha de ser "cosechada" por medio del juicio, o sea, la tribulación. En latín el "TRIBULUM" es un instrumento para trillar (o sea, separar el grano de la paja, o cáscara).

Finalmente, para obtener el mosto de las UVAS, éstas tienen que ser trituradas con los pies o PISOTEADAS. Las uvas no tienen que ser cribadas (o limpiadas a través de una zaranda), sino que por tener "pulpa", tienen que ser comprimidas o machacadas con fuerte presión, para poder obtener el vino. Esto representa o simboliza la forma más severa de juicio que es aplicado a los NO CREYENTES. Efectivamente, el hecho simbólico es que Dios, por Sí mismo, obtiene el vino para su mesa de Comunión.



Tres niveles de realización

Los días festivos de Israel se efectúan en tres niveles:

1— El Nivel Uno es el nivel individual o personal.

En este nivel, el primer paso es la Fiesta de la Pascua, que tiene su cumplimiento en nosotros cuando somos JUSTIFICADOS por la fe en la Sangre del Cordero. La Pascua era la festividad durante la cual, la gente sacrificaba un cordero y rociaba con la sangre los dinteles (o marcos) de las puertas. Como cristianos, nosotros sabemos, que Jesús es el verdadero Cordero de Dios, quien hizo realidad esa figura simbólica en su crucifixión en la Pascua. Cuando pusimos nuestra fe en su sangre derramada, nosotros fuimos justificados por la fe.

La Fiesta de Pentecostés, es el segundo paso en nuestro camino hacia Dios. Esta es la fiesta en que Dios empieza a escribir su Ley en nuestros corazones, ya que fue en este día que Él por primera vez habló a Israel con relación a los Diez Mandamientos, en Éxodo 20. Hechos 2 nos muestra la forma de su cumplimiento, cuando el Espíritu se posó sobre los discípulos en el Aposento Alto, y todos ellos escucharon la voz de Dios hablando en su propia lengua. Pentecostés no tiene nada que ver con nuestra justificación, sino con nuestra SANTIFICACIÓN. Esta es la festividad en la que comenzamos a entender (o comprender) qué es la obediencia y aprendemos cómo ser guiados por el Espíritu durante nuestra permanencia temporal en el desierto.

La Fiesta de los Tabernáculos es el tercer y final paso en nuestro viajar con Dios. Esta fiesta nos comunica la plenitud del Espíritu, y nos conduce, en forma total, al cumplimiento de la promesa de la perfección (GLORIFICACIÓN) en nuestra relación con Él.

Estos son los tres pasos principales que tenemos que efectuar, para nuestro crecimiento espiritual y madurez, en tanto que vamos alcanzando la perfección o el crecimiento hasta la plenitud de Cristo.

2— El Nivel dos es el cumplimiento colectivo o corporativo de la Iglesia, o el Reino de Dios.

En este nivel nosotros vemos la forma en que Dios trata con las 3 Iglesias, o las tres etapas del Reino en la Tierra.

El paso de Pascua de la Iglesia o Reino, empezó con Moisés, en la primera Pascua, cuando Israel salió de Egipto. A esta Primera Iglesia se le llamó, en Hechos 7: 38 La iglesia en el desierto. Esta Iglesia del tiempo de la Pascua terminó con la muerte de Jesús en la Cruz, en la época de la Pascua, cerca de 1.500 años después. Fue una época en que el Espíritu Santo estuvo CON el pueblo, pero no EN (dentro de) ellos.

La Segunda Iglesia es la Iglesia del tiempo de Pentecostés, la cual comenzó siete semanas después de la resurrección de Cristo, cuando el Espíritu de Dios fue enviado, en el día de Pentecostés. En este día, Dios renovó el Reino, por medio de haberle dado un mayor poder, y haciendo que el Espíritu Santo estuviera dentro del pueblo. El Templo NO fue por mucho tiempo una casa material y externa, hecha de madera y piedra. En realidad el pueblo mismo constituyó el Templo de Dios. 1ª Corintos 3: 16. (Nota del Traductor: Por experiencia creemos que es al revés, dado que el Bautismo con el Espíritu Santo es el Espíritu Económico o externo o de poder, algo parecido a un “uniforme”, somos investidos o revestidos del poder de lo Alto; mientras que la justificación es interna, por el Espíritu Esencial o de vida. Por lo tanto, en la Pascua el Espíritu estuvo EN, pero no CON; mientras que en Pentecostés estaba EN y CON. Véase el tópico en nuestro Blob Tabernáculos, Espíritu Esencial y Espíritu Económico o en YouTube).

16 ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?

La época Pentecostal habría de ser el tiempo en que la Iglesia aprendiera o entendiera la Ley de Dios y cómo ser guiados por la Palabra del Espíritu Santo. Muy a menudo los dirigentes de varias facciones o grupos de Iglesias, desecharon la Ley y privaron a los cristianos del derecho de oír la Palabra de Dios por ellos mismos (o sea, por iniciativa propia). Con esto, ellos han seguido el ejemplo del rey Saúl, quien se dispuso a matar a su propio hijo Jonatán, por haber probado la dulzura de la miel de la Palabra en lo más duro de la batalla, esta narración se encuentra en 1º Samuel 14: 29

29 Entonces Jonatán dijo: Mi padre ha traído dificultades a esta tierra. Ved ahora cómo brillan mis ojos porque probé un poco de esta miel.

Este capítulo es una historia alegórica de la Iglesia, y nos hace ver, con mucha claridad, el problema de la Época Pentecostal durante muchos siglos, cuando la Iglesia prohibía a la gente leer la Biblia y oír la voz de Dios, o cualquier Palabra o Enseñanza de Dios, que fuera contraria a lo establecido como forma “ortodoxa” por la Iglesia.

El Reino de Dios, en la Edad Pentecostal, no trajo la rectitud o justicia a la Tierra; ni podía haberlo hecho, porque a la Iglesia sólo se le dio una promesa real, de que vendría el Espíritu Santo. Pentecostés, por sí mismo, era la fiesta en la cual Dios ordenó que las primicias o primeros frutos del trigo tenían que ser horneados con levadura. La enseñanza es clara: Pentecostés no puede comunicar perfección a ninguna persona en forma individual, ni tampoco puede su Segunda Iglesia establecer la rectitud en la Tierra. Esa promesa tiene que esperar por la Tercera y Final Festividad de la Iglesia, es decir, El Reino.

El paso tercero en el nivel colectivo: La Tercera Iglesia es la Iglesia de la Edad de Tabernáculos. Al principio de esta Edad, Dios derramará la plenitud de su Espíritu sobre los Vencedores. Ellos habrán de gobernar en la Tierra con poder, y tendrán que poner todas las cosas, bajo los pies de Jesucristo. El ministerio de ellos ha de traer la rectitud y la plenitud de la verdad a la Tierra. Esto será la señal de la Gran Restauración que jamás antes ha visto el mundo, como lo anunciaron con frecuencia los profetas. Este tiempo, así lo creo, habrá de durar un período de 1.000 años, durante el cual, el Reino de Dios será extendido hasta llenar la Tierra entera. Habacuc 2: 14, nos dice:

14 Porque la tierra será llena del conocimiento de la Gloria de Yahweh así como las aguas cubren el mar.

El agua cubre el 100 % del mar. En la misma forma, el conocimiento de la gloria Dios ha de cubrir la Tierra 100%. Esta es la Restauración de Todas las Cosas, el último gran Plan de Dios.

Aun así, éste solamente es el segundo nivel de realización completa para los días de las festividades, él más alto nivel es el de la Creación.



3— En este Tercer Nivel de la Creación, enfocamos nuestra atención sobre las fiestas, como los festivales de la cosecha, en los que Dios pone tres cosechas de almas en sus graneros y lagar.

La primera cosecha es la del grupo de la cebada, los VENCEDORES. Esto ocurre al tiempo de la Primera Resurrección, cuya fecha, Juan determina, habrá de ser al comienzo del período de los mil años.

La segunda es la cosecha del trigo, que es la IGLESIA EN GENERAL, será recogida en el segundo gran tiempo señalado para el Juicio del Gran Trono Blanco. Esto ha de ocurrir al final de los mil años, o al principio del período del octavo milenio.

En este tiempo la tercera cosecha, los INCRÉDULOS (vendimia de la uva) empezarán a ser pisoteados o triturados para luego ser limpiados y purificados, de tal manera que ellos también estarán listos o aptos para que el Maestro los pueda usar. La cosecha de la uva será entonces efectuada al final del tiempo, en el Jubileo de la Creación. Diremos más acerca de este tema, en otro capítulo.



Enseñanzas de Pablo acerca de las tres cosechas

Pablo es el único que realmente coincide en los conceptos de las tres cosechas en un sólo relato. Estas se encuentran en el capítulo referente a la Gran Resurrección en 1ª Corintios 15. En los primeros 21 versículos, Pablo hace énfasis sobre la importancia de la creencia firme en que Jesucristo fue resucitado de entre los muertos. El apóstol insiste con claridad en que, si Jesús no resucitó de entre los muertos, nuestra fe entonces es vana, porque su resurrección es prueba absoluta de que el Espíritu de Dios puede, en realidad, resucitar a los muertos. Nuestra fe, de hecho, está fundamentada en ese hecho histórico.

Seguidamente, en los versículos 22 al 28 consecutivamente, Pablo hace referencia a nuestra propia resurrección y nos dice, que hay tres clases de gente, "Tres Escuadrones", que serán resucitados en diferentes épocas de la historia. Estas tres categorías corresponden, específicamente, a los tres días festivos principales de Israel. Pablo deja totalmente claro esto, como luego lo veremos.

1. Las Cosechas de la Cebada y del Trigo

Pablo comienza su discusión de las resurrecciones con una declaración general que nos permite saber a dónde Pablo nos está llevando. Él dice en 1ª Corintios 15: 22 "Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados". Esto claramente nos dice que todos van a ser resucitados en Cristo, así como todos murieron en Adán. A continuación, nos cuenta cómo se va a lograr esto, y vamos a ver que no todos van a ser resucitados al mismo tiempo.

23 Pero cada uno en su debido orden [tagma, o "escuadrón"]: cristo las primicias [o, "las primicias ungidas"], después los que son [de] Cristo, en su venida [parusía, "presencia"].

La mayoría de la gente está de acuerdo en que Pablo está aquí hablando de dos resurrecciones diferentes. Sin embargo, la mayoría también asume que la Primera Resurrección es la de Jesús, que es el Cristo, "El Ungido". Por eso vemos que suele traducirse, "Cristo, las primicias" en lugar de “las primicias ungidas”. Se toma la Segunda Resurrección entonces para referirse a todos los creyentes, y no se hace distinción entre Vencedores y la Iglesia en general. Nosotros, sin embargo, tenemos buenas razones para diferir de esta opinión.

Recuerde, Pablo ya había concluido la sección que trataba de la resurrección de Jesús. En el versículo 22 vuelve su atención a nuestra propia resurrección, diciendo que todos serán vivificados, pero cada uno en su propio orden, o escuadrón. La palabra griega traducida como "orden" en la versión King James es tagma, que en realidad es un término militar, en referencia a un cuerpo de soldados. Pablo está diciendo que seremos resucitados en tres escuadrones.

El primer escuadrón no es "Cristo, las primicias", como la mayoría de los traductores han asumido erróneamente. Hay tres escuadrones, y Jesús no es un escuadrón, sino un individuo. Debería leerse "las primicias ungidas". La palabra griega christos significa "ungido". Jesús es, por supuesto, el Cristo, es decir, "el ungido"; pero la palabra christos no siempre se refiere a Jesús. De hecho, la palabra se puede aplicar a cualquier persona o cualquier cosa que haya sido ungida.

Cuando la palabra christos está precedida por el artículo definido el, por lo general se refiere a Cristo, es decir, a Jesús, que es "el Ungido". Sin embargo, cuando la palabra christos se utiliza sin el artículo definido, entonces es indefinido y puede referirse a las personas o cosas que han sido ungidas y apartadas para el uso de Dios. Los profetas, sacerdotes y reyes a lo largo de la Biblia fueron ungidos, o "bautizados". Los vasos del templo e incluso la piedra-almohada de Jacob (Génesis 28: 18) fueron ungidos.

En 1ª Cor. 15: 22 el artículo definido se utiliza en el original griego, donde Pablo está hablando acerca de Jesús "el Cristo", en quien todos serán vivificados. Luego, en el versículo 23, se utiliza el en la última parte del versículo, pero no en la primera parte; esto implica que el versículo debería haber sido entendido como sigue:

"Pero cada uno en su propio escuadrón: (1) las primicias ungidas; (2) luego los que son del Cristo, en su presencia [venida]".

Una vez que nos damos cuenta de que Pablo estaba usando el tema de los tres festivales de las cosechas de Israel, su significado es claro. Pablo se refiere aquí a la Pascua y Pentecostés, las cosechas de la cebada y el trigo. El primer "escuadrón" en ser resucitado de entre los muertos son los Vencedores de la cebada; el segundo “escuadrón” es la Iglesia en general, la cosecha del trigo.

Es importante saber que los primeros frutos de la cosecha de cebada debían ser ungidos con aceite. Pablo se refiere a este hecho aquí cuando dice, "las primicias ungidas". Leemos acerca de esto en Levítico 23: 13. Hablando de las primicias de la cebada a diferencia de los primeros frutos de la cosecha de trigo, Moisés dice:

13 Su ofrenda, entonces, será de dos décimas de flor de harina mezclada con aceite, ofrenda encendida a Yahweh de aroma agradable, con su libación, la cuarta parte de un hin de vino.

Y así, cuando Pablo enumera el primer escuadrón de gente que se levantará de entre los muertos, él los llama "las primicias ungidas". Tenía en mente las primicias de la cosecha de la cebada. Estos gobernarán y reinarán con Cristo en la Tierra (Apocalipsis 5: 10; 20: 6).

Los que son de Cristo, la Iglesia en general, heredarán la Segunda Resurrección. Estos son retratados en la ceremonia del templo, donde los dos panes ofrecidos a Dios primero eran cocidos con levadura (Lev. 23: 17). Mientras que el aceite representa al Espíritu Santo, la levadura representa al pecado (Éxodo 12: 15; Marcos 8: 15). Esta es la principal diferencia entre la cebada y el trigo, y es obvio que Pablo retoma esa diferencia en su discusión de las primeras dos resurrecciones. La primera Compañía o escuadrón son las Primicias Ungidas, los Vencedores; la segunda Compañía, la Iglesia en general, está leudada.



2. La Cosecha de la Uva (vendimia)

Pablo no se detiene con el segundo escuadrón de gente resucitado a la Vida. Continúa con el tercer escuadrón, y, de hecho, pasa más tiempo en este escuadrón que con los otros dos combinados. Es el escuadrón representado por la cosecha de la uva al final de la temporada de cultivo, que era el punto focal de la Fiesta de Tabernáculos. Así que tenga en cuenta cómo Pablo lleva este tema en su tesis sobre la tercera cosecha en 1ª Corintios 15: 24-28.

24 Luego viene el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. 25 Porque Él tiene que reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26 El último enemigo que será destruido es la muerte. 27 Porque él ha puesto todas las cosas bajo sus pies. Pero cuando dice [en el Salmo 8: 6], "todas las cosas le son sujetas", es evidente que se exceptúa al que [el Padre] puso todas las cosas en sujeción a Él. 28 Y cuando todo haya sido sometido a Él, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó todas las cosas a Él, para que Dios sea todo en todos.

Tenga en cuenta la frecuencia con la que Pablo dice que estas personas se van a poner "bajo sus pies" o "sometidas" [las uvas se pisan con los pies]. No puede haber ninguna duda de que Pablo tenía la cosecha de la uva en mente, porque era conocido universalmente que pisar la uva con los pies indicaba juicio. Esto es absolutamente coherente con el resto de los escritos de Pablo, donde revela cómo todas las cosas (ta panta, "el todo") se reconciliarán con Dios. Puesto que la reconciliación es un término que indica paz entre enemigos, Pablo se refiere obviamente a las naciones rebeldes de la Tierra que son enemigas de Dios en esta Edad presente. Pablo dice que el propósito de la Creación era que todas las naciones se sometieran a Cristo.

Luego, cuando Él haya eliminado a todos sus enemigos (al convertirlos en amigos), finalmente destruirá a ese último enemigo, la muerte. Uno sólo puede destruir la muerte dándole la vida. Por eso nos referimos a esto como una resurrección. Sólo cuando la muerte misma sea desterrada del Universo creado Dios podrá ser todo en todos.




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